Que habían puesto a dos ratas en un tanque cilíndrico a nadar, sin posibilidad de salirse por ningun lado. Que a los 15 minutos una de las dos se fue a pique, y la otra, la que siguió nadando, fue rescatada con una plataforma.
Moraleja?
La rata había "aprendido" -sin duda por su experiencia anterior-, que había una chance de salvarse si conseguía continuar a flote. La opción era, pues, no dejar que el agua la cubriera.
Hay quienes han visto en este relato un paralelo con el humano sentimiento de la esperanza.
O con la sensación del ahogo inminente, también.
Ese escalofrío en la espalda del alma, en las vértebras del espíritu, cuando se sabe que el agua viene subiendo... Esa certeza de que algo hay que hacer: o levantar el cogote y ponerse en puntas de pie...y aguantar hasta donde se pueda... o meterle garra y nadar.
Los intérpretes de la esperanza explican que la ratita salvada, al haber "registrado" que antes hubo una salida, en el siguiente intento no se rinde fácilmente, y es por eso que persevera.
Yo pensé más allá... Me imaginé en esos momentos en que mi vida era un tanque metálico sin fisuras. O un abismo que parecía infinito. O una nave quemada, humeante y dolorida contra un cielo sin pájaros.
Cierto es que se hace imperioso resistir. Pero creo que no vencí por perseverar.
Le adjudican a San Agustín la frase: "La esperanza tiene dos hijas hermosas: la ira y la valentía. La ira ante el estado de las cosas y la valentía, para cambiarlas"
La ira, magnífica consejera. Imprudente, inquieta, colorada, toquetona, innovadora. La ira que se indigna y me chicanea "te das cuenta, esto no debe seguir así"
La valentía que me inflama de coraje, de heroísmo, de resistencia, de energías blancas y vibrantes.
Entre las dos me van sosteniendo el ritmo.
Pero...
No me conformo con ponerme en puntas de pie para que el agua no me ahogue. No me conformo con no agitar las olas. No me conformo, tampoco, con volver a nadar igual que ayer: si estoy de nuevo en el maldito experimento, hice algo mal (debí haber escapado!).
Y sobre todo: no soy una ratita mojada.
7 comentaron esto...:
Me encantó este blog... que bueno que está... vos flaca escribís de lujo, pero pensas mejor. Antes de irme una frase "También en los dominios del espíritu reina la ley del más fuerte". Antonin Artaud.
Voy estar vigilando este blog. Saludos.
HH
Lindo que su espíritu se sirva una recarga diaria en mis modestas palabras.
Nobleza obliga: el mío espera sus pareceres, y también agradece.
Davor
Gracias por leerme, y por los elogios.
Un consejo: no le crea demasiado a Don Antonin. Entre los malditos, el más maldito, entre los surrealistas, el más surrealista. El creció torturado por las alucinaciones, en los breves espasmos entre una internación y otra redactó su poética y su producción delirante y desbordada.
No lo culpo, pero me tomo con pinzas sus afirmaciones.
Bueno, bah... haga ud lo mismo con las mías.
Salut
A mi también me encantó.
Te felicito.
está bien hablar de la esperanza, la otra es que la esperanza supone un mañana mejor y pensar que mañana vas a estar bien es lo más cercano a la felicidad en el hoy. He venido por tu comentario en el blog de sr.curri un humano conocido en el mundo entero. Respecto a mi comentario en aquel blog sabes que es cierto, incluso yo con Sr.C los negativos se los digo en privado pq en público todo parece ideal, lo que no me suele gustar es aquellos que siempre tienen un buen comentario para todo lo que hagas, pq igual que en la vida no me fio de ellos. Es imposible tanta perfección. un abrazo,
la esperanza(mi esperanza)es tan solo nunca llegar a mi utopia,pues ese dia no tendre un motivo para vivir ni un minuto mas.
te dejo un beso(me puse al dia).
Bienvenido, Javier
Sr curri...sr curri... el alzeheimer me está sacudiendo su polvillo en la frente...
recuerdeme? porfa?
Hola again fiel gibson negra...!
Concuerdo: si uno lo logra todo...a qué seguir?
(pero nunca lo logra todo...siempre se desea un pokito mas... es humano)
Salut
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