Se me terminan del todo las vacaciones. Habrá que empezar a pensar en retomar ritmo para un año desmesuradamente largo... Y bueh...

Post Script, para que los buenos espíritus tomen nota de mi gratitud:
Agradezco al Universo porque las dos últimas semanas ...han sido pura belleza.
No sueño con castillos, ni con viajes exóticos, ni siquiera con autos de levantavidrios eléctricos.
No es que no me gusten los castillos, o las casas bellas.
No es que deplore o me sean indiferentes los viajes. De hecho me encanta viajar. Viajando más seguido o más lejos, tal vez me volviese más “encantadora” ;-)
Y no es que me tengo por una asceta que anda a pie para evitar la contaminación ambiental por hidrocarburos. No tengo auto -¡por ahora!- así que simplemente lo asumo. No es grave ni desesperante (diría mi hermano)

El caso es que tengo fantasías románticas.
Ah, sí.
Netas y despojadas fantasías.
Algunas las visualizo como en una duermevela de domingo de lluvia: imágenes borrosas, sensaciones huidizas, alegorías inconclusas del corazón.
Otras son vívidas pretensiones.

He descubierto que, no por ser modestas, no por ser claras de comunicar, mis fantasías son fáciles para cumplir. Debe ser que requieren componentes que no se obtienen en el mercado.

Dicen, lo he leído en alguna parte, que algunos deseos es mejor no cumplirlos nunca, dejarlos en el eterno horizonte de lo posible. Que una vez cumplidos, todos los caminos que nos llevaron allí dejan de tener el sabor que solían…

Una vez, por sugerencia de un maestro, hice una lista de deseos para mi vida.
Bueno! Suena ampuloso, pero estaba redactado en un plano factible. Enfocado.
Un amigo que leyó la lista (por error) me hizo notar que mis deseos eran aparentemente viables pero profundamente complejos. Que además, tenían pocos componentes “materiales” y era eso justamente lo que los volvía arduos.
¿Fue una crítica? ¿O un halago? ¿O una observación neutral?
No lo sé. Sé que revisé y le di la razón: muchos deseos en el plano de lo emocional y lo afectivo. Aunque creo que el 90% de la gente haría algo parecido a mi discreta listita.
Y habrá de igual forma quienes centren sus fantasías en "cosas" y "bienes".
Pienso: ¡Pobres de los que tan sólo desean tener un auto nuevo! ¡Pobres, los que sueñan con joyas, con ropas caras, con cubiertos de plata, con objetos y artefactos que no harán otra cosa que apresarlos cual feroz constrictora! Pobres…los que sueñan con cosas alcanzables y tangibles… porque si las consiguen se sentirán vacíos y si no las consiguen se sentirán inútiles.

Yo sueño con un trigal… un trigal maduro…
No puedo ponerme a explicar esta modesta fantasía.

Los que se contentan con menos, no entenderían.

Sólo por hoy

11:07 a. m. | 1 Comments

Espero les guste...se lo llama también "Decálogo de la serenidad"
Ando explorando cositas nuevas en mi blog, como este texto que se desliza (me dan trabajo... pero valen la pena!) Se puede detener poniendo el mouse sobre el texto. Enjoy. ;-)










    1. Sólo por hoy seré feliz,

    por eso haré verdad lo que alguien dijo:

    "La mayoría de la gente es tan feliz como desea serlo".

    La felicidad es algo de adentro de uno, no de afuera.








    2. Sólo por hoy trataré de ver la vida por lo que es

    y no por lo que yo quisiera que fuera.

    Aceptaré mi familia, lo que hago y mi suerte como son,

    y procuraré armonizar con ello.








    3. Sólo por hoy cuidaré de mí, ejercitaré mi cuerpo,

    lo atenderé y alimentaré.


    No abusaré de él, ni lo abandonaré.







    4. Sólo por hoy trataré de ser más amplio de espíritu,

    aprenderé algo útil, no seré un holgazán mental.

    Haré que se me permita usar mi esfuerzo, concentración, meditación.








    5. Sólo por hoy ejercitaré mi alma de tres modos:

    haré algún bien sin que lo descubran

    y haré dos cosas que no me agrade hacer.







    6. Sólo por hoy seré agradable,tendré el mejor aspecto que pueda.


    Me mostraré cortés, seré generoso,no encontraré defectos en nada


    y no intentaré dirigir ni modificar la vida del prójimo.






    7. Sólo por hoy trataré de vivir el día de hoy,

    sin querer solucionar todos los problemas de la vida.






    8. Sólo por hoy tendré un plan.

    Anotaré por escrito todo lo que pienso hacer.

    Aunque después no lo pueda complir del todo, igual lo haré.

    Eliminaré dos vicios, la prisa y la indecisión,

    pero sólo por hoy.





    9. Sólo por hoy me daré media hora de tranquilidad,

    para poder pensar acerca de mí.

    A veces pensaré en Dios,

    para descubrir cuál es el objetivo de mi vida.






    10. Sólo por hoy no tendré miedo

    y especialmente no tendré miedo a ser feliz,

    a disfrutar de la vida, de amar

    y de creer que los que amo me aman.

    Sólo por hoy.






    Juan XXIII













Cuando yo era chiquito
todo quedaba cerca, cerquita:
para subir al cielo
nomás bastaba una subidita.
Eso ya me alcanzaba
para ir tan lejos como quería.
Cuando yo era chiquito
yo sí podía, yo sí podía...

Libertad...libertad...

libertad...para mi niño...

(Silvio Rodriguez "Cuando yo era un enano")

(perdones anticipados a mis hijos y sobrinos por usar fotos "de cuando eran unos enanos")
El vocablo resiliencia tiene su origen en el idioma latín, en el término resilio que significa volver atrás, o volver de un salto, algo así como rebotar o volver a donde se estaba previamente.
Se usa resiliencia en las ciencias sociales para caracterizar aquellas personas que, a pesar de nacer y vivir en situaciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanos y exitosos.

Pero también se utiliza “resiliencia” (en especial en el campo de la ingeniería) para describir la capacidad de un material de recobrar su forma original después de someterse a una presión deformadora o la propiedad que tiene una pieza mecánica para doblarse bajo una carga y volver a su posición original cuando ésta ya no actúa.

Para la psicología actual, resiliencia es la capacidad humana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas o incluso ser transformado por ellas.
Se habla de personalidades resilientes en los casos de personas que han sufrido procesos muy angustiantes y desequilibradotes en sus vidas, y sin embargo, los han superado bien.

Me enteré de la idea de la resiliencia cuando navegaba en un abismo de dudas y desazones. El dolor de ver sufrir a un hijo no tiene definiciones. Ese dolor personal (intransferible, lacerante, profundo) me impulsaba a buscar respuestas a mis preguntas. Igualmente, las débiles luces de la mejoría me hacían presagiar una salida de esa situación insoportable.

Así me encontré con la idea de resiliencia. Mi hija es, sin dudas, una personalidad resiliente. Una sobreviviente exitosa y bien plantada. En inglés sería un ejemplo de “hardy personality”.
Estas personalidades tienen rasgos como el sentido del compromiso, del desafío y la oportunidad, y se manifiestan en ocasiones difíciles
Se suele decir que esta capacidad (“hardiness”) tiene una fuerza importante en la comprensión subjetiva que las personas dan a los acontecimientos de su vida. Es decir: como se explican lo que les ha pasado, y qué motivos o causas les asignan.
¿Cómo no recordar algunas frases explicativas de mi niña…? Ella me traía a la tierra, me ponía a pensar de nuevo, me daba el empujoncito en la espalda para recomenzar, cada día, tercamente, empecinadamente, la reconstrucción.

Se habla de la resiliencia de niños y adolescentes en ambientes extremadamente hostiles, situaciones de violencia, pobreza, deprivación…historias terribles e inhumanas. Pero es igual de violento el desamor, aunque se trate de personas que “materialmente” lo tienen todo.

Ahora me viene a la mente la escena de la peli “Cadena de favores” (sí, bueno, estoy de vacaciones…! Miro tele! Leo libros”! esas cosas…) en la que el profesor de Sociales, inspirador de una tarea que desencadena curiosas reacciones de ayuda entre las personas involucradas, habla con la madre del niño (Trevor, protagonista de la historia). Le cuenta su propia experiencia traumática con un padre golpeador y desquiciado, que desembocó en una fatal golpiza, para luego rociarlo con nafta y encender el fósforo con enferma crueldad y satisfacción. Las marcas –externas- de esa acción eran unas horribles y permanentes quemaduras.
La madre del chico, visiblemente conmovida y horrorizada por el relato, trata de atenuar el golpe diciendo que el padre de Trevor jamás llegaría a eso.
Entonces el maestro, más sabio y más “resiliente”, le responde: “No hace falta que lo lastime. Bastará con no amarlo”

Ay…si entendieran eso tan simple los que lastiman de esa manera…

Mientras iba aprendiendo esto, claro que yo también me ví a mi misma como una resiliente: una que lucha y sobrevive, y canta y ríe. Para mí fue salvadora la noticia de que los más sabios son también los más sonrientes.

Hay autores (muy serios ellos, no unos bloggeros desvelados…sino muy serios, che) que señalan la importancia que tiene en el desarrollo de la resiliencia el sentido del humor.

Poder reírse en situaciones atroces causa una incómoda situación que mezcla el horror, la reprobación y la atracción. (¿Ustedes no sienten la irresistible tentación de reírse en un velorio? ¿En medio de un suceso traumático como un choque o una caída? Vamos…)

Bueno, pues si los niños utilizan el humor para enfrentar el estrés, la ansiedad y la culpa, y les resulta saludable y efectivo…por qué no sumar buen humor a muchos más instantes de la vida? El buen humor y el juego (juego: jugueteo, diversión, variación), para mí son dos aliados indispensables.


Hardiness. Happiness. Felicidad.
La rueda gira siempre buscando la misma dirección.

Aqui van diez consejos. En verdad hay muchos más. Pero para empezar...

  • Establecer relaciones
    Aceptar ayuda y sostén de personas que te quieren y te escuchan.
    Ayudar a otros que le necesitan también puede ser de beneficio para usted
  • Evitar ver las crisis como obstáculos insuperables
    No podemos evitar que ocurran cosas desagradables, pero si podemos cambiar nuestra reacción hacia ellas.
  • Aceptar que el cambio es parte de la vida
    Esto implica también aceptar que habrá algunas circunstancias que no podemos cambiar.
  • Movernos hacia nuestras metas:
    Como decía Chechu “yo soy una rea – lista” Planificar algunas metas realistas regularmente. Aunque nos parezca un logro pequeño…En vez de sufrir por enfocarse en tareas titánicas, preguntarse cada día: “Qué cosa sé que puedo lograr para acercarme a lo que quiero?
  • Ejercer acciones de decisión, tomar decisiones.
    Actuar en situaciones adversas lo mejor que pueda. Quizás no hagamos lo mas correcto, pero decidir es mejor que ignorar los problemas y las tensiones y desear que desaparezcan.(además…así NO desaparecen)
  • Busquemos oportunidades para descubrirnos a nosotros mismos.
    En trances difíciles la gente a veces aprende algo sobre su persona y hasta puede que se den cuenta de que han crecido como resultado de su lucha con la adversidad. Esto redunda en la sensación de mayor fuerza personal aun cuando se sienten vulnerables, la sensación de que su auto-valía ha mejorado, y su espiritualidad es mayor.
  • Cultivemos una visión personal positiva.
    Al desarrollar confianza en nuestras habilidades para resolver los problemas y confiar en nuestros instintos ayuda a construir la resiliencia.
  • Mantengamos las cosas en perspectiva.
    Aun cuando enfrentemos momentos muy dolorosos, tratemos de considerar esa situación en un contexto más amplio y con una visión a largo plazo.
  • Nunca perdamos la esperanza
    Una visión optimista funciona como un inversor de la famosa ley de “causa-efecto”: si esperamos lo bueno, aumentamos las posibilidades de que ocurran cosas buenas en nuestras vidas. Hay que tratar de visualizar lo que queremos en vez de preocuparnos por lo que tememos.
  • Cuidemos nuestra su persona
    No es bueno descuidar las propias necesidades y deseos. Al contrario, mostremos interés en actividades de disfrute y relajación. Un cuerpo ejercitado, alimentado y cuidado se encuentra listo para enfrentarse a las situaciones que requieren resiliencia.

    Y nadie dijo que sería fácil.

    Pero qué tal… posible…?
El término mandala significa paz y orden interno, y es una expresión empleada por los indios navajos del suroeste de los Estados Unidos, para designar a la fuerza interior que hace que el individuo enfermo encuentre su resistencia interna para sobreponerse a la enfermedad.
Bueno, y se supone que es algo así:

Interesante...



Leo en un cuento de Ciencia Ficción algo así:
Halcón, un prestigioso personaje en un mundo que muta de contraseña cada tantos días, va a subir a un medio de transporte. El empleado lo reconoce y le hace el gesto para que pase. Halcón le da las gracias con gesto de sorpresa, como si nunca recibiera estos favores.
Su acompañante se impresiona por el modo en que un sujeto tan distinguido, lleva su notoriedad.
"Tan pronto como parezca que lo estoy esperando, dejará de suceder"

Realmente pienso igual que Halcón, el "cantante" del cuento de Samuel Delany.

El mundo del querer me ha paseado con exquisita minuciosidad por casi todas los climas del afecto: el cariño, el desprecio, la mera simpatía, la pasión, la intolerancia, la compasión, la amistad, el olvido, el desamor, la fría venganza, la mansedumbre, los celos...
Uno comienza a comportarse a veces como esos animalitos que han sido apaleados sin motivo, y por tanto, ante una presencia similar a la anterior, entrecierran los ojos y entumecen los músculos, porque el golpe puede llegar en cualquier momento.
Y si el golpe no llega, entonces la desconfianza o el recelo aumenta... ¿Cuándo sucederá? ¿cuánto se me permitirá esta apacible sensación?

Lo bueno es cuando, sustituyendo al sacudón del desamor llega el bálsamo del buen trato.
La consideración. La caricia. El comentario que entibia el espíritu.

Y...ay! es tan fácil acostumbrarse a lo bueno... Peligrosamente fácil!
Cuando estás en un estado que se parece a la felicidad es increíble como se agitan ciertos fantasmas. Vamos a ponerles nombres (Gus F -un amigo perdido-) me enseñó que hay que ponerle nombre a las cosas que deseamos entender...
Fantasmas entonces, que se llaman: Pasado, Envidias, Frustración, Miedo.
Ellos susurran: "Cuidado! porque todo esto puede ser sólo una breve presoledad....!"
Fantasmas infelices... sólo son buenos para los apaleados masoquistas, que esperan tanto el futuro golpe que finalmente lo reciben, como una siniestra autoprofecía cumplida...

Pero ya lo ven! soy una aprendiz... ando transitando los días en busca de ideas que alimenten mi curiosidad. Es por ello que ya tengo el truco con el cual se amortiguan los fantasmas y se goza mejor de lo bueno: voy a bautizarlo el truco de Halcón de Delany.
Simple:
SIEMPRE AGRADECE LOS BUENOS TRATOS. No los esperes. Asombrate cada vez que sucedan. No dejes de esforzarte para darle a los que amas, buenos momentos. No grandes momentos, sólo buenos. Plenos de signos de amor.
(Hay millones de cosas por hacer en ese rubro...no enumero porque temo aburrirme a mi misma!)
Y cada tanto, ejercita la memoria. Como para saber que no todo ha sido siempre bonito.

Entonces, cada agitación de los fantasmas es solo una brisa de advertencia y cada gota dulce es aún mas dulce.

A la salud de los que saben bienamar.
a la casa con su olor indefinible y nuestro
a los maullidos de reclamo de la gata, que reprocha tardiamente nuestra ausencia
a los libros que esperaban ser leidos
a los sonidos familiares que arrullan nuestro sueño
a los ojos y las voces que extrañamos
al contacto que nos hizo falta
a los sabores de nuestra heladera, nuestra cocina, nuestro pan

Las vacaciones son la medida justa para el deseo de regresar.
Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.

Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.

Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para que sirve la utopía?

Para eso sirve: para caminar.

Eduardo Galeano

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