HIJOS

3:12 p. m. | 1 Comments

Decía Gibrán:



"Tus hijos no son tus hijos

Son hijos e hijas de la Vida, deseosa de sí misma.

No vienen de tí, sino a través de tí

y aunque estén contigo, no te pertenecen"



Bueno, vamos a ver Vida querida, quién gana la pulseada. Yo soy de las que se levantan con la flecha atravesada y sigue. Y no es que esté provocando: también soy en extremo pacífica, ya me lo dijo el psicólogo que nunca me atendió: estoy "mal armada", me entristezco cuando debería enojarme.

Pero me planto y me rebelo y no me gusta nada eso de que no son mis hijos...

Que vienen "a través" eso sí... Somos vehículos para hacer llegar al mundo a personas que librarán el buen combate...

Pero te digo más, Vida, te digo más: no me pertenecen (la posesión envenena), pero están conmigo. Y algo mejor sucede: yo estoy en ellos, allí donde nadie puede arrebatarme nada.
El corazón no entiende de ADNs...




Como dicen mis chicos: ME LA BANCO. ME LA RE BANCO.
(Usted también: resista, no se me rinda, dé pelea. "Trémulo de pavor piénsate bravo y arremete feroz ya malherido")

Heridas

3:25 p. m. | 3 Comments

Otra carta de mi amigo "Chile". No es que va a ser mi coautor en el blog. Pero escribe lindo, hace bien al alma. Y como nunca se atreverá a publicar sus escritos, le hago trampa, publico yo, en el más puro estilo diálogo socrático. Por algo es profe de Filosofía.


“¿Puede alguien decirme: me voy a comer tu dolor?”
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota


No hay dolor más grande que tu herida,¿no, querida?, ya lo decía el sufriente Miguel aunque refiriéndose a la muerte, siempre injusta, siempre inoportuna, siempre demasiado pronto, de un amigo. Yo te comprendo, cariño, como hay varios otros que seguro te entienden y quisieran hoy repartirse en pedacitos tu dolor, para mitigarlo un poco, para hundirlo en el sano olvido, para matarlo junto con el amor ingrato.

Amigo: ahora entiendo, finalmente entiendo, o hago como que entiendo para poder dejar de ser la desdichada, para ponerme de pie...porque es lo justo, porque "soy merecedora", porque están aquí a mi lado, donde deben, donde los requiero, cuando los necesito, aquellos en quienes debo confiar.


Entiendo a los que me entienden, a los que se reparten mi agobio en pequeñas o magníficas tajadas, y aguantan, estoicamente, mi llovizna sobre sus hombros.
A los que sienten conmigo, aunque no sientan como yo...

Es cierto, bonita, nadie puede sentir por ti (hoy esa unicidad más parece una maldición que aquel misterio que nos hace tan preciosos).

Somos un mar de fueguitos, diría Galeano. Pero cada uno es por sí mismo, a solas, una fogata de labios anaranjados o una brasita languideciendo...
Estamos solos frente a los grandes misterios: la génesis de la vida, el placer, el amor y sus laberintos, el dolor...

Pero también es enteramente cierto que el dolor no puede soportarse solo. Necesitamos de esos brazos, de esos abrazos, de esos ojos que fielmente te amarán, de esos oídos que entienden lo dolorosamente absurdo o injusto que es el amor, de esos corazones que mueren contigo cuando tú mueres de desilusión; de esas palabras perfectamente inútiles y poco originales que se dicen en tales ocasiones y que tienen razón aunque no traen, como nada trae en ese momento, ni consolación ni alivio a la tristeza.

Ya se lo preguntaba Serrat en "Si la muerte pisa mi huerto": "¿Quién será ese buen amigo que morirá conmigo, aunque sea un tanto así?"
Cuando nos volvemos demasiado grises por el llanto o la autocompasión, cuando suspiramos más de tres veces por minuto, cuando no somos, definitivamente, una buena compañía...también empezamos a desconfiar: estarán allí esos brazos, esos oídos, esos mates o vasos de soda para compartir, esos sillones que invitan a quedarse, esas personas que hemos -quizás- dejado olvidadas en los momentos alegres?


Y tienen que estar, aunque no traigan ni consolación ni abrigo a la tristeza, para abrazar, para contemplar con amor, para oír entendiendo, para morir ese rato contigo, para decir esas palabras perfectamente inútiles y poco originales; para saber que tienes donde caerte dolorosamente viva, que puedes, querida, caerte y revolcarte en tu dolor porque aquí estamos quienes caeremos y nos revolcaremos junto a ti. Porque después, contigo, como aprendiendo a caminar otra vez, juntos, fielmente tuyos, maltrechos tal vez, lo único seguro es que nos levantaremos.

Juan Carlos


Mucho más alentador caerse viva, aun cuando sea "dolorosamente viva" que caerse muerta. O quizás, al decir de Osho: no "caigas" en el amor (fall in love), elévate en el amor.
Ayuda ver claridad en el horizonte. Se avanza con mejores pasos cuando se percibe que otros marchan al lado.
Maltrechos, tal vez, como me señalas, Juan (todos tenemos heridas de amor, todos los que nos arriesgamos a vivir...) Pero de pie, ensayando pasos...

Henry Drummond dijo una vez que, si acaso existe ese momento de prueba final en la vida, en ese instante "...No será tomado en cuenta lo que hicimos, en qué creímos, o lo que conseguimos. Nada de eso nos será reprochado, pero sí nuestra manera de amar al prójimo. Los errores que cometimos ni siquiera serán recordados. No seremos juzgados por el mal que hicimos, sino por el bien que dejamos de hacer."
Dijo también que no se nos preguntará como vivimos la vida, sino cómo amamos.

Y entonces, si en el atardecer de nuestras vidas se nos juzga por el amor, espero que haya en mi favor la benevolencia de haber amado mucho, en exceso, con desmadre, volcándome una y otra vez pese a las promesas de no repetir la entrega...
Que pongan también en mi cuenta el agradecimiento a las almas amigas, ya que la gratitud es la memoria del corazón...

Levantémonos, entonces, amigo Juan, amigo Chile. Vamonos nomás a escuchar jazz, no importa que el dulzor del ritmo arranque nuevas lágrimas de mis ojos. Pongamos parches en las heridas, hasta que se vuelvan cicatrices que sólo den una punzada los días de humedad.
Cantemos, para darnos ánimos, cantemos con voces quebradas y sombra en el iris de los ojos...
Hagamos caso de Vinicius, cuando afirma:

Y, no obstante, es preciso cantar
más que nunca es preciso cantar


Él siempre lo consigue: escribe algo que me conmueve
y me pone en marcha. Dice las cosas dificiles con frases
simples y las cosas simples con palabras impecables.
Llegó a mi correo, era un comment para el post de
Rubén Darío. Ese poema que Juan -Chile- recitaba de
memoria y con tono solemne, en una larga noche de
insomnio, previa a un parcial (¿o era un final?) Sé que no se
estila, pero aquí va el mensaje, posteado, lo comparto.
Gracias Chile, por estar ahí.


Querida Vera:
Como siempre llego tarde a todos los sucesos.
Demasiado chico para la revolución(cuando ella se mezclaba con mis juegos infantiles, cuando todo Santiago bullía de ganas de cambio, cuando la famosa lucha de clases distaba de ser una frase célebre), demasiado joven para el exilio( el exilio te lleva a envejecer demasiado rápido); así, cuando me conociste, tenía varios pelos más, pero era mucho más viejo de lo que nunca seré.
Hoy llego tarde a tu dolor, me aflige no haber estado allí para el instante exacto de tu estupor, para el instante certero en que tu corazón se sintió de piedra.
Solo te repito amiga porque sé, por experiencia, que lo que dices es verdad, pero sé también que mañana( qué tiempo enorme es mañana ¿no?) tu corazón volverá a ser tu corazón y no el de Darío, acobardado como todos por el dolor,por la pérdida de la juventud, por el miedo a la muerte pero, por sobre todo, por miedo al amor; el amor que congrega todas las dichas y todas las esperanzas pero que cuando muere ( más que cuando solo falta), congrega tras de sí todo el dolor y esas ganas absurdas pero verdaderas de preferir antes la muerte que ver a tu amor partir.
Ahora llego tarde a tu blog, porque tu viejo amigo siempre está con esa riña fascinada con la tecnología y sabe que este correo tiene más forma de respuesta a tu blog que otra cosa. Perdoname también esta tardanza, ya pronto me pondré al día con la tecnología pero sobre todo con estar allí al alcance del dolor de mi amiga.
Pensando en ti me puse a escuchar esos viejos temas del joven Silvio ( qué bien envejecen Óleo, Ojalá y otras tantas), qué bien dicen las cosas que a todos nos siguen pasando.

Un abrazo enorme querida.

Tu clásico, o simplemente antiguo, amigo Chile.

Juro que no es la cercanía de mis 43. Nunca me ha causado pena cumplir años y normalmente empiezo a declarar que tengo la edad que estoy por cumplir unos 2 o 3 meses antes.
Es más bien la instalación de una amarga certeza. Serena, pero intransigente.
La irrefutable verdad de que el tiempo transcurre y la vida es todo eso que va quedando en el anecdotario más o menos frondoso, ridículo o divertido con que podemos iniciar una charla con un desconocido. La verdad sin retorno de descubrirnos fuera de ciertas decisiones de nuestros hijos, esos mismos que insistimos en comparar recordando con ajustada precisión los kilos que pesaron al nacer.
En un
reportaje reciente (que terminó casi a las piñas) el "Negro" Dolina dice que el paso del tiempo le impide disfrutar de cada segundo de felicidad, porque empieza a notar ese discurrir como la germinación en la conciencia, de la sombra gris que llamamos el sentido trágico de la vida.

Porque es entonces cuando notamos lo que hemos perdido. Lo que no hemos hecho. Los maestros que ya no tendremos. Las oportunidades de amar que desechamos (estábamos tan ocupados en tantos otros menesteres...!) La gente que dejamos ir, que no nos arriesgamos a conocer. Los pecados que no nos atrevimos a gastar. Los sabores que definitivamente dejaron de existir...
Nos damos cuenta de que no hay gimnasio que valga, ni crema hidratante que humecte el rictus de los cuarenta y pico.
Padecemos nostalgias prematuras o nos comportamos de repente como adolescentes gigantes, complaciendo los cánones de una sociedad que nos grita en los oídos que lo único valioso que puede ostentar un hombre, una mujer, es su insolente juventud

Yo distingo el ataque del sentido trágico de la vida porque me asaltan súbitos arranques de curiosidad por los epitafios y testamentos. O porque me da por observar mi vida como en un libro de Historia: recapitulo...yo tenía

  • 4 años cuando los estudiantes de la Sorbona, en el Mayo Francés escribían "Debajo de los adoquines, la playa"
  • 6 años cuando mi viejo decía "no se duerman...miren...miren...que esto va a ser Historia...el primer hombre en la luna..."
  • 10 años cuando una multitud desfilaba incesante frente al ataúd de Perón
  • ¡Y -por Dios- cuando les cuento a mis peques que la tele era en blanco y negro! Me miran con una expresión que es dudosa mezcla de incredulidad y compasión. Me veo como una copia en sepia de mí misma...

    Yo calculé, como casi todos, mi edad para el 2000. Me imaginaba que el 2000 nunca llegaría, o que llegaría con soluciones y progreso. El 2000 era el año de los otros, no el mío. Tener más de treinta era un impensable, como bien lo versifica Benedetti en su poema "Pasatiempos" :

    Cuando éramos niños / los viejos tenían como treinta
    un charco era un océano / la muerte lisa y llana / no existía.
    Ya cuando nos casamos / los ancianos estaban en cincuenta
    un lago era un océano / la muerte era la muerte / de los otros.

    Cuando nos divorciamos -digo yo- el océano eran nuestras lágrimas, y nuestros padres ya eran solo "maduros" de edad indefinible. Y como estábamos plegando por la mitad nuestras vidas, la muerte no era ni siquiera una alternativa...

    Si no fuera porque soy abstemia, este sería el momento adecuado para irme de copas al Viejo Bar de los Fracasos. Allí donde me miraste apenas y lloré. Allí donde me di cuenta entonces que el Amor abre puertas que cerró el ayer...

    Allí, para que vea en el fondo del vaso,
    empañado por mi aliento,
    algún signo inequívoco que desdiga esta amarga certeza.
    Divertido y desacartonado, este caballero que se permite escribir "pedo" en un poema para niños (ganándose de inmediato la adhesión de tan dificil público) escribió una serie de post que se inician aquí acerca de la idealización en la pareja.
    Por ejemplo, dice cosas como:
    "Idealizar es ver a nuestra media naranja como si fuera el mercado de abasto. Es una especie de maquillaje global con el que le damos una mejoradita al postulante y lo ponemos más a tono con lo que andábamos buscando."
    Las "Leyes Pescetti" sobre la idealización: dolorosamente comprobables. Ay, Dios.
    ¿Será tanto así, atormentado Rubén Darío? ¿Será más dichoso el árbol, más dichosa la piedra, menos apesadumbrados quienes no se sienten vivos? ¿Será que estar vivo conlleva sufrir? Yo no quiero más de esto...
    Dice mi hija -que es una niña sabia- que debería probar alguna emoción fuerte, para que se me quite el sabor amargo, aunque sea por un rato. ¿Y qué podrá ser? Tendré que detenerme a pensar...

    In memorian

    11:23 p. m. | 1 Comments

    Dicen que allá por el 420 AC murió en Lampsaca un anciano sabio muy querido por su gente, Anaxágoras.
    Se había pasado gran parte de la vida observando las estrellas y planetas, y había llegado a ciertas conclusiones sobre el Sol, que le valieron la pena de muerte, de la cual pudo salvarlo a duras penas su discípulo, Pericles, quien luego pasó a la historia con más renombre que su maestro (bueno, uds saben... son cosas que suelen suceder en el mundo...)
    Cuando Anaxágoras estaba a punto de morir, la gente de su pueblo fue a pedirle consejo, ya que no se ponían de acuerdo en la forma en que podrían honrarlo una vez que hubiese partido hacia la morada de los espíritus.
    Entonces el sabio les pidió que lo recordasen con un gesto totalmente insólito: solicitó que cada año, durante el mes de su muerte, se permitiera jugar libremente a los chicos de Lampsaca. Nada de escuelas, nada de regaños: un mes, en su memoria, de alegría y retozo.
    Al contrario de nuestro prócer sanjuanino, que abogaba por aquello de "La letra con sangre entra", Anaxágoras eligió ser recordado por los más pequeños, dejándoles hacer aquello para lo que están más capacitados: jugar.
    Que los cielos nos dejen ver tan claro como a él. Que los soles no nos cieguen del todo.

    Al buscador de la sabiduría, Anaxágoras: mis respetos.
    Suena música en la radio. Mi cabeza dice "Qué buen tema".
    A continuación, otro. De nuevo "Qué buen tema" Y otro, y otro más. Todos me parecen buenos, aún hoy, aun en esta tristeza de domingo.
    Entonces, habla el locutor. Dice con voz falsamente alegre la frase impía:
    "Y esto fue....música RRRRRRetro!!! Para vos!"

    No terminé de adaptarme a la Web metida en todos los asuntos importantes de mi vida que me salieron con que ya existía la Web 2.0. Otro estilo, otra generación, otras herramientas, sí. Perfecto, me lanzo a nadar en la Web 2.0 y me tiran por la cabeza que se viene, ineludible, imparable, no te resistas... la Web 3.0!! Y como si fuera poco le ponen como apodo "la web semántica". Tengo en mi mano derecha la varita de dar significados, y voy por la mitad de las cosas que conozco (y algunas, malditas sean! se des-semantizan permanentemente...!)

    Sí, todo muy lindo pero falta ALGO.
    Veo, miro, me hipnotizo, alimento mi insomnio, me río, compro, pago, escucho música indebida.
    Y digo... falta ALGO, falta ALGO... qué es eso que siento que FALTA...?

    Y bueno, esta tarde me di cuenta: falta el perfume. No puedo terminar de disfrutar de las imágenes de jazmines sin su aroma, ni de los videos de lloviznas detrás de los cristales, sobre el campo en flor sin ese relente de la tierra sedienta que te entra por la nariz y te cala el corazón.
    No hay perfume en la Red...


    Muchachos a ver cuándo me solucionan el petit probleme. Por favor.



    Ustedes sabían que el señor Issey Miyake nació en Hiroshima? Yo, no.
    Dicen que en los largos días de verano, algunas mariposas tropicales nacen cuando el sol despeina sus rojos cabellos mordiendo el horizonte.
    Despliegan sus alas y se lanzan al aire, gustándolo todo con fruición y deleite.
    Salen de su capullo enamoradas ya y ardiendo de ganas, despilfarran olores y escalas cromáticas en busca de su pareja, con furiosa alegría, con inocente y salvaje desparpajo.
    Nada les importa que su vuelo nupcial atraiga a los temibles predadores, que no dudan en aprovechar la torpeza típica de los enamorados para darse un festín entomológico.
    Estas mariposas nacen con la urgencia del amor, porque la Naturaleza las llama a dejar descendencia ese mismo y único día. Vuelan incansablemente durante las horas que se les permite la vida. Besan a las flores, firuletean con el viento. Se burlan de los pájaros (si pueden). Se buscan, se encuentran, se seducen, se aparean, desovan con gracioso donaire.
    Después, agotadas y pletóricas de sensaciones, se buscan un sitio desde donde contemplar nuevamente -y por última vez- el esplendor y la calidez del sol que se oculta.
    Yo me pregunto, también, como Camila : esa mariposa "¿Cómo podría entender el significado de la palabra"noche"?"
    Su vida es de una intensa luminosidad, de un vértigo absoluto. Fantaseo, con el bobo romanticismo que me caracteriza, con la idea de que esta mariposa de un día pasa sus breves horas a las risas y evitando sermones, haciéndose la desentendida cuando la alertan sobre los riesgos y peligros que la circundan.
    Ocasionalmente, alguna de ellas escapa a su destino y sobrevive durante la aterradora y negra noche. Entonces la pobre busca su sol, busca su luz. Caramba! No se imaginaba que ese bello ardor que la mantenía vital pudiese desaparecer así como así...
    Se ha vuelto sorda en su desesperación. No oye las voces de aviso. No oye las buenas intenciones de quienes le aseguran que la noche terminará y otro solo rojo aparecerá por el Este.
    Y entonces, sucede.
    Encuentra un fuego. Una lamparita, una vela, un leño ardiendo, lo que sea. Encuentra el sol. Se acerca y revolotea, gozosa y entregada. Algunos siguen diciendo "qué tonta es, no se da cuenta de que cerca de la luz, morirá"
    Y así, en esa danza de alegría y reencuentro, en esa cercanía limpia, en ese calor palpitante, la mariposa de un día abraza la existencia.

    Los que nunca han vivido en la luz...¿cómo podrían entender el significado de esta mística?
    Claro, viste cómo es.
    Uno cree que está a punto de cruzar al otro lado y resulta que no era ventana, era espejo.

    Y también lo contrario...
    Apoyamos confiadamente la mano en un escalón y nos acercamos para ver el progreso de nuestro granito número un millón cuatrocientos mil once.... y...epa!! no hay imagen reflejada, hay un hueco chismoso desde el cual se ve a la vecina de al lado cortándose las uñas de los pies.

    Y -tercera opción- la imagen puede ser ventana o espejo según el estado de ánimo.
    Algunos días me hace mirar hacia afuera. Otros, hacia adentro.






    La foto es parte de la galeria de Chema Madoz. La vi en Microsiervos.



    Él me quiso tanto...Yo aún sigo enamorada.
    Juntos atravesamos una puerta cerrada.
    Él, cómo os diría...era toda mi ocupación,
    cuando en la lumbre ardían sólo palabras de amor...

    Palabras de amor sencillas y tiernas que echamos al vuelo por primera vez,
    apenas tuvimos tiempo de aprenderlas, recién despertábamos de la niñez.
    Nos bastaban esas tres frases hechas que entonaba un trasnochado galán,
    de historias de amor, sueños de poetas,a los quince años no se saben más...

    Ella, dónde andará,tal vez aún me recuerda.
    Un día se marchó y jamás volví a verla.
    Pero, cuando oscurece,lejos, se escucha una canción,
    vieja música que acuna,viejas palabras de amor…

    Palabras de amor sencillas y tiernas que echamos al vuelo por primera vez,
    apenas tuvimos tiempo de aprenderlas, recién despertábamos de la niñez.
    Nos bastaban esas tres frases hechas que entonaba un trasnochado galán,
    de historias de amor, sueños de poetas,a los quince años no se saben más...

    (En catalán también es tierna.)


    Cierto es que la frase "Sólo sé que no sé nada" se la atribuyen a Sócrates y no a su famoso discípulo. Pero Sócrates jamás escribió una línea, tan confiado estaba de la pequeñez de su preciado mundo y de la energía de sus palabras clavadas como ascuas vivientes en la mente de sus jóvenes seguidores.
    En cambio Platón sí se dedicó a consignar con exquisitez y pulido lenguaje las enseñanzas de su Maestro. Ejercitó bien la memoria. Me lo imagino a Sócrates como un anciano de mirada profunda, recorriendo las calles de Atenas con un enjambre de adolescentes alrededor, quejándose de la política y de la religión, de las opiniones de sus padres y de la moda de la sandalia con túnica.

    A Platón en cambio, lo imagino como un filósofo jovial y un poco cobarde, hay que decirlo. Sus biógrafos hablan de la profunda impresión que le causó el juicio y la condena de su Maestro. Pero bueno, por las dudas, rajó de Atenas. Así que mi imagen mental de él es más bien un muchacho ruludo, bien educado y bien servido, contando las anécdotas de sus viajes por Siracusa y por Egipto.
    Y es que no es poca cosa caer de invitado en la casa de Euclides o de Dionisio.

    Yo, como mucho, tengo el recuerdo de haber ido a La Rioja a visitar al exótico de la familia, el tío Pepe. Tengo bien presente la sensación de irrealidad que me produjo el entrar a su "estudio".
    Este hombre de brazos huesudos e ideas de ultra derecha, que vivía en un ranchito sin luz eléctrica, sin gas, sin agua corriente al pie del Famatina tenía, no obstante, un precioso estudio construido integramente en piedra. Allí había anaqueles, una mesa inclinada de redacción, un taburete, libros prolijamente ordenados, y una ventana formada por cuatro placas de vidrio biseladas a través de la cual entraba, como una bendición de Dios, la miel de la luz de la tarde.
    Allí, desde ese sitio, él se sentaba y garrapateaba sus artículos para "La Prensa", que despertaban la intriga y la empatía de unos cuantos lectores. Creo, nadie sabía la vida de ermitaño que él llevaba allí: sus notas hablaban sobre la convivencia, el futbol, las costumbres de la ciudad, la floración del algarrobo...
    Algo no encajaba! (pero quizás era, nuevamente, yo...)

    Mi tío abuelo, sospecho, ejercía la misma ignorancia modesta y despreocupada que Platón: no sabía nada. Pero simplemente, no le importaba.
    Para mí.... este señor Platón obraba tal como hago yo con este blog: mezclaba datos de su vida cotidiana (que habrá sido más variada que la mía), hacía memoria de algún diálogo divertido o irónico, nutría sus Obras con saberes de otros colegas, cuidaba su lenguaje, balanceaba con mayéutica proporción las preguntas y respuestas de sus escritos, buscaba un poco de belleza usando les mots qui van tres bien ensamble...y de vez en cuando supongo que también se sentaría a escribir bajo los efectos de alguna abundante bebida fermentada...

    Vivió en un buen momento, en el que la mayoría de las grandes ideas estaban vírgenes . No existían los críticos literarios, ni las nominaciones para el Nobel, ni los ingenieros civiles ni los refutadores de leyendas. Se podía dar el lujo de torturarnos con la alegoría de la caverna.

    Y todo esto lo digo para explicarle a Niko que no se trata de que la Filosofía es compleja ni dificil.
    Yo puedo filosofar también en mi blog. Mi tío Pepe filosofaba en su desierto de piedra. La protagonista prehistorica de
    la novela que estoy leyendo, también filosofaba ( y cómo!)
    No es que Platón lo hacía sin errores. Es que tenía muchas y buenas fuentes para el delirio.

    No es que sea MENOS importante una charla sobre el amor o la lealtad.

    Es algo mucho más simple, Niko: Platón no sabía nada.
    Yo creía que no creía en las supersticiones.
    Me jactaba de acariciar gatos negros (desconocidos) y de pasar por debajo de las escaleras (mirando previamente hacia arriba...racionalista sí, boba no).
    Las cartas, los "trabajos", las adivinaciones basadas en la borra del café o en la disposición de unas piedritas sobre una mesa, me tenían bien sin cuidado.

    Pero no me he burlado jamás. Creo que el Mal tiene caminos igual de insondables que los del Señor de Arriba. Mis respetos. Ah, si.

    Métodos de adivinación, de predicción, de anticipo del mañana, se cuentan por cientos. Pero siempre queda alguno más por descubrir. Pues bueno, miren: no sé si es el insomnio que estoy padeciendo desde hace diez días, o el estado de irrealidad que me juega mi mente de a ratos...no sé si se abrió mi entendimiento o se me agudizó la percepción...
    Esto empezó como un juego, para atraer el sueño.
    Entro en la página para generar anagramas: pruebo con frases breves (se pueden poner hasta 8 palabras, creo) Por ejemplo "quiero jugar". Sale una lista de posibles combinaciones. Elijo solo las que podrian significar algo y las leo con entonación: "quiero jugar" es "Qué guijarro!" o "jura que giro" por ejemplo.

    Pruebo con nombres: los de mis hijos. Patricio Javier larga una catarata de anagramas, a cual más gracioso. Por ejemplo "reactivar pioji" o "evitar orca jipi"
    María Cecilia da resultados mas extraños, pero me gustó (con acento paraguayo) "¿Mili é rica acá?" (Mili...es nuestra gata!)
    Empiezo a buscar... en las cadenas de posibilidades -algunas son varias pantallas, otras solo una- algunos detalles.
    Pruebo con nombres de gente que he conocido:
    Francisco Javier : "Sacrificar joven" (escalofrío... hay toda una historia de dolor detrás de ese nombre...)
    Sergio Daniel: "Engreido, isla" (jeje...me río...hasta el programa de anagramas te conoce, mi querido)
    Juan Alberto: "Bajar tu león" (bueh...)
    Sigo...sigo...nombres queridos y detestables, nombres de niños y de muertos, nombres, nombres... Después de un buen rato...empiezo a mirar solo en superficie...busco regularidades, patrones (¿estaré enloqueciendo? -pienso- ¿como el tipo de la peli "una mente brillante"?)
    Pero no. Hay nombres cuyas letras contienen palabras, en su mayoría, agradables.
    Hay nombres que cuando se desguazan y reconstruyen, largan un rosario de palabras que espantan.
    Después de "comprobar" con montones de nombres mi supersticiosa hipótesis, me alegré de que los resultados de mis hijos,(y el mío propio) hubieran arrojado un "saldo positivo".
    La impronta de las "palabras dentro de palabras" que podría llegar a significar mi hallazgo, haría que algunas madres desistieran de ciertas combinaciones frente al señor del Registro Civil.
    No sé...quizás lo proponga como método alternativo de predicción barata: "señorita...dígame su nombre...ahá... y el del hombre que ud quiere conquistar? hum...veamos..."
    Si tuviera un poquito más de ganas, hasta idearía un servicio como este, pero que prediga el comportamiento o la buena fortuna de la gente en base a las palabras-ideas que sus nombres transportan como valioso secreto.

    Una curiosidad: el nombre de mi hermano (Juan Hernán) NO TIENE anagrama.

    Cierro: (no tengo sueño... pero voy a darle tregua mi cerebro y a mi PC)
    A ver si descubren los nombres en estos anagramas (todos son DOS nombres propios, a cada cambio de color, cambio de nombre. Tres de varón, dos de chicas.)

    JURA CON SAL SU TROTE GAUCHO CONTROLA SU IRA LA CRIA ADAN TIRANICA POCIMA

    About