¿Tienen ganas de jugar un poco? De resolver esta "veringrilla"? (jaja...suena horrible...!)
Es que si no voy buscando cada tanto un poco de variedad, de diversidad...si no me diversifico, no me divierto...y si no me divierto casi siempre termino de mal humor.
Bueno, es fácil, es una grilla, la pueden imprimir y llenar (ahí les dejé un lapicito azul) y mañana vienen los resultados. Hay un premio en efectivo para el feliz ganador. Si alguien prefiere llenarla sobre excel, da igual, pueden descargar de aquí la planilla.
Y ahora las Referencias:
  1. Un trébol de un pétalo es un ....
  2. El amigo del Principito (No Saint Exupery, el otro)
  3. Hace un hueco
  4. De donde son los lobos, según Stephen King. También es sinónimo de "hacé silencio"
  5. Dícese de un tipo que eligió una profesión por la cual lo odiarán los veterinarios
  6. Ley universal de la causa y el efecto
  7. Complemento lastimador de las rosas
  8. Cariñosos
  9. Lo que se me corre cuando lloro (lleva dos M)
  10. Dame dos, si sos francés
  11. La hora, si no es PM es...
Bueno...a trabajar!!! Es fácil, se van llenando los casilleros y luego, leyendo en las dos columnas marcadas con flechas deberá formarse una frase. Es la parte final de un refrán atribuido a Albert Einstein, en el que afirmaba "Si buscas resultados distintos..." (un poco de suspense...)
Milonga pa´recordarte
Milonga sentimental
Otros se quejan llorando,
yo canto por no llorar.

Sí, señores y señoras: tal como lo oyen y lo ven, finalmente juntamos coraje, juntamos ánimo, juntamos las monedas para el subte y allá nos fuimos, Vainilla y yo, a tomar nuestra clase de tango en "La Catedral".
Lo hicimos con regocijo y con un difuso sentido del honor, porque a las dos se nos había metido bajo la piel la idea de la milonga como un homenaje a Ana, su mamá, mi tía, la "Abu Ana" para mi hija.
Ana María amaba el tango, el 2 x 4. Para ser justos, hay que decir que amaba toda la música y amaba bailar, y entonces todos los ritmos ponían en movimiento sus patas flacas, sin excepción.
Es difícil escribir sobre alguien muy querido que se fue, uno siempre toca esa fibra que no debe, termina causando nuevas lágrimas... Y esto es un homenaje, no un epitafio.
Ya lo dice Homero Manzi en esta misma milonga:
Es fácil pegar un tajo / pa' cobrar una traición,
o jugar en una daga / la suerte de una pasión.
Pero no es fácil cortarse / los tientos de un metejón,
cuando están bien amarrados / al palo del corazón.
Vamos a ver, el saldo es como sigue:
Nos enseñaron "el básico" que después todos llamaban "el rombo" y hubo que desayunarse que era lo mismo, así, a los porrazos.
Nos dieron 4 o 5 indicaciones y largaron el lapidario "¡en parejas!" sin darnos tiempo siquiera de protestar.
Supongo que nos tocaron compañeros de pista condescendientes y buena onda (excepto uno! *) porque después de una hora de darle vueltas a la pista hasta daba la impresión de que teníamos cierta soltura.
En un golpe de ojo la veo a Vainilla muy piripipí haciendo unos ochos para atrás como la que más. Tomá. Mi compañero ocasional de brazos tatuados, con el que saltamos del tango clásico al ritmo más alegre y saltarín de la milonga, en medio de mis prevenciones y de sus palabras para dar coraje, dijo al final de la vuelta "Bien, eh? En serio es tu primera clase?" frase con la cual el género masculino en su totalidad recuperó un punto en mi marcador personal.
Vainilla y mi amigo Gus tomaron unos vinos, que debe ser el complemento ideal para una actividad tan porteña (y bueno...ya sé...me lo pierdo, soy abstemia por gusto, qué se le va a hacer...)
Nos fuimos a las 4 y pico, salimos de "La Catedral" a un cielo gris oscuro que lloraba su preludio de un húmedo domingo de invierno en Buenos Aires.
Bueno, qué más da...un domingo gris para pasarlo en casa...hacer panqueques...mirar tele... escribir un post sobre el tango...ensayar "el rombo" con un imaginario acompañante, para ganarme de forma bien habida los aplausos y carcajadas de mis hijos.

Mnemos

4:40 p. m. | 9 Comments

Alvy (uno de los chicos que hacen Microsiervos, uno simpático, hay que decirlo) escribió una entrada titulada "Por qué la vida se acelera a medida que nos hacemos mayores", que es, a su vez, título de un libro sobre la memoria y la percepción del tiempo.

Me atrajo el comentario acerca de un suceso curiosamente universal: no recordamos prácticamente nada de lo que nos pasó desde el nacimiento hasta los 3 o 4 años. Incluso, a veces, lo que decimos recordar no es un recuerdo propio en sentido estricto, sino una recreación mental de lo que tantas veces escuchamos referir a nuestra familias.

Así que eso de que la memoria es la guardiana del tiempo pasado, tanto sea escrita como narrada, está por verse. (o tal vez...ya se vio?)

Mi recuerdo propio más alejado en el tiempo es el de un accidente que tuve en el patio delantero de la casa de mi abuela, a los tres años y medio. Sólo recuerdo el final...lo otro me lo contaron y de eso no tengo imágenes propioceptivas, por eso sé que aunque me lo imagino, no lo recuerdo.

De alguna manera había levantado una figura de cemento, de esas que supuestamente adornaban los jardines, de un gallito. Me dí vueltas con el gallo de cemento a upa...hasta que perdí el equlibrio y me caí, y vaya a saber cómo, me di la frente contra una saliencia de la figura.
Mi recuerdo es tan sólo...que me caí, muy mareada. Que escuchaba a mi mamá gritando, a mi tía gritando, que me alzaron entre las dos y decían algo como "llevala, llevala a...." (no sé a dónde)

Yo no sentía dolor eh? Eso no lo recuerdo...solo el mareo...y que cuando mi vieja me levantaba y no se decidían quién de las dos me iba a sostener, se me empezó a salir la botita derecha. Yo estiraba el pie...se me sale..ay...se me sale la bota...mamá, la bota, la bota...

Mi mamá dice que no recuerda eso, sólo que me veían manar sangre, como un río que me bajaba por la cara. La cicatriz quedó nomás, se ve que pusieron un par de puntos pero cosieron como pudieron...no existía aún la idea de la estética posterior, así que por eso no me puedo peinar con raya al medio...se ve la medialunita blanca y levemente tensada de esa piel donde no crece el cabello.
Pero bueno: de todo lo que vino después -el hospital, la anestesia, la curación, el cuidado- de eso no tengo el menor registro. Incluso siempre cuentan en la familia que no en una sino en DOS oportunidades me trepé de un mueblecito algo inestable, y me lo tiré encima con todo el platerío incluido. De eso, ni rastros.
Quizás el tiempo transcurría en esa suculenta sucesión de novedades que hace que estemos intensa y dedicadamente puestos a vivir, a aprender a vivir: hasta dónde llega mi casa, a quién le puedo pedir puré y a quién no, cómo se corre, cómo se hace avanzar el puto triciclo, cómo se complace a papá para que no te rete, con qué botón se enciende la tele y dónde se esconden los caramelos en el modular. Y día a día hay novedades: de pronto mamá afirma que dentro de esa panza redonda está "el hermanito" y por eso no te puede alzar...maldito "hermanito", y ...¿quién lo metió ahí? Ahora tengo que empeñarme en aprender doscientas cosas más con esta impactante noticia...

Y así el tiempo de la primera infancia está saturado de experiencias nuevas a cada minuto. Tiempo vivo. Tiempo a manos llenas. Invierto todo el tiempo posible en vivir, no me preocupo de memorizar ni de retener. Otros se encargan.
Ya llegará la palabra escrita y con ella la posibilidad de dejar huellas.

Miguel Angel Axtle dice que cada sociedad tiene una percepción diferente del tiempo, según su modo de vida y de organización. Nos habla de dos tipologías de percepción, según las culturas: llama monocrónica a una y policrónica a la otra. Las que hacen las cosas de una en una (¿quedan así?) y las que superponen diversas acciones en el mismo tiempo.

También se dice que en tiempos de pocas precisiones de relojería, el tiempo en general se medía de maneras menos precisas: por el santo, por el clima, por la celebración con que la iglesia impregnaba la vida de la gente: que el adviento, que los carnavales, que las pascuas, que la navidad.

Mucho de eso pervive en nosotros, pero asociado a esta clara distorsión que acompaña a nuestro propio tanscurrir del tiempo y a nuestra propia memoria de los sucesos. Decimos "¿ya es navidad otra vez?!" con una mezcla de alarma y aceptación. Los más peques preguntan "Falta mucho para Papá Noel?" Y siempre, a menos que sea 20 de diciembre, el tiempo que falta les parece mucho.
Yo no recuerdo las 43 navidades que me vieron. Apenas, y haciendo un esfuerzo, recordaré 5, 6 y por algo en especial que las señaló.

Me despertó la curiosidad:
¿Qué recuerdo es el primero que consideran propio?
Lo más antiguo que se acuerdan: ¿Me cuentan? ¿Por fa?

Soliloquio

11:25 p. m. | 9 Comments

Con el ritmo y hasta el suave tono de voz con que lo canturrea Serrat, me anda rondando el poema "Retrato" de Antonio Machado. En especial la estrofa que dice:

"Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía"

Curioso que un poema escrito por el 1910 (años más, años menos) se vuelva fuertemente actual. Sí, habrá quienes afirmen que siempre hubo locos -lindos y feos- que andaban por la vida hablando consigo mismos. No todos esperando hablar a Dios un día, pero sí haciendo ese incomodante papel del desquiciado, el que murmura o parlotea sin tener a mano quién le responda. Linyeras, ancianos, dementes, drogados, ebrios, desesperados: en alguno de esos encajaba el perfil del que habla solo en público.

Encajaba: ya no.

A ver si alguien pasó ultimamente por esta experiencia , o una similar (Gabi y yo sí)

Estoy por cruzar la calle, Diagonal Norte a escasos metros del obelisco, donde infaltablemente hay turistas sacándose una horrible foto. El semáforo está a punto de cambiar, y de golpe, sin previo aviso, el sujeto que está a mi derecha estalla en voz alta "QUÉ HACES MI QUERIDO, PERO COMO TE VA?"

Miro desconcertada. ¿Me habla a mí? Las otras dos o tres personas que lo rodeamos cruzamos miradas: ¿es a mí? ¿a vos? Desconcierto. Expectación. El soliloqueador arremete: "SI, BARBARO, LO MAS BIEN CHE!!! ACA...ESTOY EN EL CENTRO... COMO VA LA COSA?"

Cambia el semáforo. Cruzamos despavoridos, alejándonos del hablador, que sigue, impertérrito, su diálogo a los gritos: habla de su operación de vesícula la semana que viene, de las entradas al cine, se ríe, avanza a pasos gigantes, me importa un bledo la humanidad, voy hablando, che, sólo existo yo.

El susto de Gabi fue similar al mío: sentada en el colectivo al lado de una mujer, que de buenas a primeras empezó un diálogo a una sola voz, en tono más bien monocorde y cansino: "pero mami...escuchame, mami... hacé una cosa, mami...no, no, eso no... prestame atención que te digo, mami..." Dice Gabi que la primera reacción fue de sobresalto, la segunda de mirarle las manos a ver si estaba sosteniendo un teléfono, pero no: ambas sobre la falda, o bien hurgando la cartera, distraidamente, mientras la charla, que aparentemente se producía en su cabeza y se volcaba al exterior por su voz, seguía implacablemente adelante.

En el momento en que la cosa se empezaba a volver digna de Alfred Hitchcock la susodicha se despidió de "mami", acercó su mano a la oreja y con un sonoro clic cortó la comunicación. Alabado sea el dios del microchip: se trataba de un teléfono celular manos libres de dimensiones minúsculas, oculto bajo el cabello.

Claro, el tipo del obeslisco era sin dudas un caso parecido.

La pregunta es: ¿estos habladores han perdido en alguna parte la reserva de su vida privada, la virtud conocida como discreción? Normalmente hablan como si estuvieran a solas en el living de su casa, nos hacen partícipes involuntarios de las amargas desventuras de sus días de oficina, nos enteramos sin quererlo ni pedirlo del nombre de la ginecóloga de su amante, soportamos con estoicismo el relato de su última sesión de pilates o asistimos impotentes a la enumeración insípida de los expedientes que hay que revisar mañana en Tribunales...el dialogo y el entendimiento

Para mí, la ventaja del celular de mantenerte "ubicable" todo el tiempo debería sazonarse con la salsita del sentido común. No diré nada de aquella gente que interrumpe la charla real para atender el irracional zumbido o estridencia de su móvil y te deja de seña, con el fastidio añadido de estar ahí en medio de la nada, como un torpe convidado de piedra. No, de eso ya se dijo mucho.

Pero vamos...! Bien se podría el ser humano clase-media-comunicado darse por enterado de que al resto de los pasajeros de la combi nos importan tres velines si su socio ganó el partido de tenis en el tie break. Que los detalles de la compra de esta mañana no son de interés público ni ponen en peligro la seguridad nacional. Que las conversaciones con un ausente son diálogos, por Dios, diálogos y no exposiciones civiles en voz alta!

¿Es tan dificil comprender esta simple norma de urbanidad? ¿O será que el avance torrentoso del egocentrismo como un valor que no se discute terminará por poner a estos cultores del soliloquio a la altura del tranquilo lector del diario en la plaza del barrio?

Por algo tiene tanto éxito en las computadoras personales la acción inconducente de jugar al solitario, digo yo.

Por eso ganan espacio en la publicidad esos mensajes que alientan francamente el egoísmo "no compartas, es sólo para vos" "demasiado rico para compartir con otros" y cosas del estilo.

La publicidad de capuccino La Virginia -aunque en tono jocoso y haciendo quedar al protagonista como un bobo sin porvenir- hace uso de esa idea: compartir es lindo, pero igual llevate la mejor parte vos. Lo remata -sí, eso hace lo re-mata- con la pregunta retórica "¿Y que querés?"

Y.

Qué quiero.

Sabés qué quiero.

Quiero que haya más par a par y menos soliloquio.

O a lo sumo, no sé, renovemos los votos, seamos todos locos. Hagamos un múltiple-loquio.

Creo, recuerdo...se llamaba a esta práctica conversar...

Cuidate

11:31 p. m. | 12 Comments

-Chau, hasta mañana
-Chau...cuidate

-Bueno, nos vemos más tarde, cuidate
-Vos también

Cuidate. Cuidate. Cuidate.
El mundo es un peligroso no-lugar: cuidate.
Las fieras acechan: cuidate.
No te distraigas: cuidate.

¿De dónde habrá salido esta tendencia generalizada de clausurar un diálogo cualquiera con esa sentencia que alerta y protege? Yo me acuerdo de alguien que usaba esa palabra, hace mucho -casi una eternidad- y era novedoso en ese entonces.

Teníamos diecinueve...¿de qué nos teníamos que cuidar? Nadie decía "cuidate" al final de una charla (salvo él, que yo recuerde, el chico que arriesgaba el pellejo sobre una moto toda plásticos y piecitas que saltaban como rastis cuando había un porrazo feo. Qué curioso, el único que decía "cuidate" no se cuidaba ni un poco...)

Hoy es vox populi, y hasta queda levemente posmo. Todos somos guardianes solidarios de la ternura, del consejo sensato. Lástima que ya pronunciamos tanto la palabra que la hemos vaciado de sentido, le hemos quitado el sabor y la seguimos mascando con hastío, como a un viejo chicle que uno no sabe donde escupir.

La sugerencia reaparece, asociada a campañas contra el SIDA, a protectores solares, a lucha contra el cáncer, contra la obesidad, contra el infarto. Cuidate porque estás rodeado de hostilidades, parece ser el mensaje.

Y es un poco así.
Se siente la desprotección en la piel, en las células enloquecidas que de repente se activan como monstruos escondidos en nuestras propias maquinarias. Se siente es desguarecimiento ante el transcurrir de los tiempos, la ambigua nostalgia de una niñez que salía a jugar a la vereda o se daba la vuelta a manzana sin temer casi nada.

No quiero, me resisto, me niego a asumir ese pensamiento manriquista que reza que el pasado era mejor. Sé que es el primer síntoma de estar envejeciendo...es como la primer cana del alma.

También eso de "cuidate" me cae un poco duro en el estómago, -acabo de reparar en ello- porque es la palabra típica que les decimos a nuestros viejos cuando empiezan a fallar...primero en casi imperceptibles errores... más adelante en terquedades pueriles...y por último en casi todo. Esos "cuidate" son la antesala del espanto.
Aunque...
también...
claro está!

Uds dirán que cuando cierran la charla con su consabido "cuidate" lo que expresan es contención, deseos de dar amparo. Conozco bien ese cosquilleo de ver que un ser querido se aleja y no estaremos allí para preservar, para velar. No nos queda más talismán que la palabra, entonces le infundimos sustancia, la aderezamos con cuantificadores poderosos: "por favor, cuidate mucho"
Concedido: ahí si. Ahi tiene fuerza propia, tiene pleno alcance, suena macizo, contundente, amoroso, deleitable. Que para liviandades, tenemos la tele, gracias a Dios.
Chau, te dejo, hasta la próxima.
Cuidate.

Streap Tease

10:58 p. m. | 9 Comments

ESO ERA AMOR...
Le comenté: - Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
-¿Te gustan solos o con rimel?
-Grandes, respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.


Y si me pongo surrealista y sigo...
A tientas di vueltas en círculo y volví sobre mis pasos.
Entonces dijo: "Tus labios son tan gráciles..." No se produjo más solicitud que esa, y ahí los tenía, palpitantes sobre la mesa, mis labios, mis besos y mi voz.
Un poco después, elogió los dedos de mi mano izquierda, qué dedos más menudos, qué adorables...Y uno por uno, como quien va quitándose el abrigo, los fui desprendiendo para dárselos.
Le dejé mi sombra, doblada en cuatro pliegues.
Le dejé el recuerdo de todos mis perfumes.
No llegó a pedírmelo, pero el temblor de mariposas de mi vientre, me pareció un tributo merecido: lo asumí sin más razones, creo que cayó en el precioso platito donde instantes atrás habíamos iniciado el despojo.
El problema se presentó junto con el halago a a sincronía con que parecía latir mi corazón. ¡Qué radiante armonía! ¡Qué acompasado susurro! ¡Y qué esto! ¡Y qué lo de más allá!
Con la mano buena que me quedaba, hurgué en el pecho, tantée, allí estaba. Lo sumé a la ofrenda y cual no sería mi sorpresa al constatar, tan sólo minutos más tarde, que la desnudez empalidecía de respeto ante mi sacrificio. Él emprendió su marcha a doble latido.
Me habían quedado intactas las orejas, pero el silencio del descorazonamiento me dejó sorda.
"...cada palabra que escribo me aleja un poco más de lo que yo quisiera expresar; esto prueba únicamente que me falta valor. También me falta sencillez..."
"...los instintos que nos enorgullecen y aquellos que no queremos confesar tienen, en el fondo, un origen común. No podríamos suprimir ni uno de ellos sin modificar todos los demás. Las palabras sirven a tanta gente, que ya no convienen a nadie; ¿cómo podría un término científico explicar una vida?"(*)

Ni uno científico, ni uno poético, ni una suma de lenguajes y humildes argumentos. Pues la vida no es verbo, sino sentimiento en el tiempo. La vida es el tiempo que nos pasa...
Hoy pretendo llanamente vivir; no caer en la cárcel de las palabras. Pues hoy me siento como el personaje de Yourcenar, deseante y presa de una sensibilidad rídicula, de una efervescencia de las emociones, tan próxima a la humillación, que te hace llorar por nimiedades, y luego te hace sentir vergüenza de tus lágrimas.
Shhh... no más letras. Ella lo ha dicho más claro de lo que yo lo hubiera expresado jamás.

(*) "Alexis" de Marguerite Yourcenar
Hay una técnica bastante conocida en el mundo del arte, por medio de la cual se ensamblan colectivamente un conjunto de palabras o imágenes y a su resultado se lo llama "cadáver exquisito". La idea es que cada participante retome el hilo donde el anterior lo dejó, pero a ciegas, ya que cada uno sólo ve el final del anterior, lo último que hizo.
Desde allí, locamente, continúa. Los surrealistas que popularizaron el juego hicieron famosa la primera frase obtenida con esta técnica, que contenía las palabras que luego servirían para designar al juego.
La idea de ir componiendo un cadáver, así, de a pedacitos tomados fuera de contexto, de finales (que no de principios), de fragmentos psicóticos... es espiritualmente inquietante. ¿Divertida? Seguramente. Pero... la sombra de la creación de un monstruo se proyecta sobre esa diversión.
Dicen que el poeta Huidobro llamaba 'quebrantahuesos' a los poemas así construidos.
Cuánto más aterradora resulta entonces una red, una malla entretejida en la cual cada punto de conexión se engarza sobre el final absurdo del nudo anterior, y se dedica con ensimismamiento y sordera, a construir cadáveres, quebrantando literalmente los huesos.
la tarada de Jolie y su tatuaje autodestructivoHay -eso dicen, porque solo me he asomado a la mirilla del espanto- cientos de redes como esta. Redes de enfermos que se alientan mutuamente para seguir creciendo. Hieden a muerte, casi todas. Pero se perfuman de amistad, se decoran con iconitos animados, se camuflan de falsa cooperación, de falsa contención.
Yo tropecé con una sórdida cooperativa constructora de muertos en XANGA. Es una red de fotologs, blogs y espacios personales, popular entre cierto sector de jóvenes, que se llaman a sí mismos "xangan" (así como los que blogueamos con algo de espíritu de cuerpo, nos solemos llamar "bloggers"). Xanga aloja unos 27 millones de blogs, dice por ahi.
No todos son del estilo...pero sí es cierto que una vez que entrás a un punto de la red de cadáveres, los enlaces te llevan, sacudida entre el horror y la incredulidad, a un mundo subterráneo de miserias y devastación. A un mundo que borbotea aquí nomás, bajo la cáscara del progreso y la salud.
Apenas entrar, y darse de narices con colecciones de tips y sugerencias demenciales: como bajar 10 kilos en 3 días, como engañar a los padres y médicos, como provocarse el vómito y luego evitar el mal aliento... Lo curiosamente horrible es que casi todos los nodos de esta red hablan de belleza y de perfección.

Una niña publica, día a día (como muchísimas otras!!) lo que en la manada de anoréxicas llaman "su intake": las migajas recortadas e insípidas que se proponen comer en el día. Suma las calorías minuciosamente y llega a 127. Los que comentan dicen "¡qué bien! ¡lo estás logrando, princesa!" "Ojalá pudiera hacer eso...yo soy una vaca de 49 kilos"

Nadie me convencerá de ke es bonita asi!Los "intake" de algunos de estos cuerpos torturados replican hasta la náusea la palabra "nada": desayuno=nada, almuerzo=nada... Cada vez que eso sucede, llueven los aplausos en forma de comentarios de otros cuerpos en proceso de frankesteinización.

El pie de página de una página personal bastante trabajada, reza:
¿HAS SOÑADO SER UNA PRINCESA? Pues DESPIERTA, que sólo era un sueño, si quieres ver lo que en verdad eres asomate al puto espejo. Y no llores, ni te atraques a comida y pienses lo desgraciada que eres mientras lo vomitas TODO. Hasta tus penas,tu vida, tus pulmones y tus ojos, un ajimoji de visceras en el water...

Una criatura que pide a gritos en un foro "pro-ana":
"chicas nesesito ayuda ya no aguanto tanto asco y no puedo vomitar diganme formas de autoagresion porfavor!... "

Otra asegura que se pone en manos "de sus nuevas amigas pro-ana" para que le digan -le ordenen- qué hacer. Firma con un tajante "ANTES MUERTA QUE GORDA"
La que se cree princesa y confiesa que "se ha vuelto a cortar" porque no puede dejar de hacerlo.
La que come una manzana y un yogurt descremado al día y se llama a sí misma "Cerdicienta".
La que se califica como un pedazo de basurita y se representa con la foto de una boca cosida y sangrante...
Una galería de dolores, de egoísmo, de vanidades, de imágenes lastimosas, de agresiones... un cementerio en movimiento, un cementerio delirante, un cementerio de quiméricas princesas que se dejan morir como perfectas idiotas...
Chicas (y chicos) que despedazan su vida tomando el punto final, la palabra final, la frase inconclusa del anterior...y diciéndose a partir de esos mutilados pedazos, mutuamente, que están eligiendo, que eso les gusta, o los libera, o les organiza la vida... Son víctimas y asesinos, lo malo es que pasan inadvertidos hasta que es demasiado tarde (la delgadez es un valor en alza).
Chicas y chicos pescados como renacuajos por una red urdida bajo la presión de una sociedad de ególatras que le dice a su juventud que se asome al espejo, en lugar de asomarse a la ventana.

No se me ocurren frases elocuentes para intentar convencer a los cadáveres de esas redes del demonio de que vuelvan la mirada hacia los demás, que elijan vivir. No hay palabras sensatas que alcancen. Por eso lanzo un pedido que es insensato:

Señores ángeles, ayúdenme: esta noche tengo que abrazar muchas almas lastimadas.







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12:46 a. m. | 0 Comments


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