eso...diseñarte
diseñarte
1:44 a. m. | 4 Comments
11 de Septiembre: el día de...
9:08 p. m. | 2 Comments

"Septiembre aúlla todavía su doble saldo escalofriante Todo sucede un mismo día gracias a un odio semejante. Y el mismo ángel que allá en Chile vio bombardear al presidente ve las dos torres con sus miles cayendo inolvidablemente"(*)
Inolvidablemente.
Es que así fue.Clavado en la memoria.
De esas efemérides que no necesitan preaviso, porque se han enraizado en la conciencia o porque todo alrededor habla de ello los días previos.
No sé cuántas personas estaban al tanto de que fue un 11 de septiembre el sangriento ataque que derribó en Chile al presidente Allende, para instalar un largo horror de persecución, tortura, silencio... una historia desgraciada que se narra una y otra vez en nuestra golpeada latinoamérica.
Pero sé que alrededor del mundo millones recuerdan que el 11 de septiembre "cayeron las torres".
Hemos desayunado la imagen del humo denso y blanco saliendo en atroces espumarajos de ira, borboteando locura desde esos edificios que deberían ser intocables.
Las vimos hasta el hartazgo, hasta la náusea. Se repitieron por horas, por días, por meses, se replicaron acompañando historias de abnegados bomberos de NY, relatos de sobrevivientes, neoleyendas de fotos halladas en las ruinas, discursos de líderes, de oportunistas, de mesías...todos congregados y aglutinados frente al estupor de la evidencia.
Hace poco hice un ejercicio, más bien un juego, con un grupo de profesores, mostrándoles una seguidilla de imágenes en un video de Linkin Park. Luego les pedía que anotasen todo lo que pudieran recordar de lo visto. El 90%, en la enumeración, puso "las torres gemelas", cuando en realidad lo que habían visto había sido la imagen de una demolición.
Es que ha sido tan persistente y tan intrusivo el mensaje, que hasta creemos verlas donde ni siquiera están.
Yo, lo admito, no me acuerdo la fecha en que USA bombardeaba Irak, con la complacencia y el silencio de muchos gobiernos, los mismos que se horrorizaron y solidarizaron durante la tragedia del 9-11. No tengo imágenes mentales del humo en Irak, de sus niños destrozados como juguetes sin valor, de sus mujeres sollozando con las frentes apoyadas sobre calcinadas paredes, de ese dolor de rotura irreparable. Eso "no pasó" en la TV, no hubo misas, ni minutos de silencio, ni póstumos monumentos de luz en los espacios vacíos.
Cuando los dos aviones -cargados de odio ciego, hay que decirlo- embistieron las torres... rompieron una burbuja, encendieron mucho más que un incendio asesino, dislocaron y pusieron patas arriba el propio sentido cristalizado en torno del número 9-11, el número salvador, el SOS de las series de policías buenos y diligentes y también ayudaron a construir un nuevo mito, una nueva bandera que agitar.Plantaron el andamiaje para nuevas excusas que justificarán quién sabe qué nuevas invasiones.
Y, de paso, se cargaron nuestro día del maestro.
¿Qué es el 11 de septiembre? "El día de las torres gemelas" dicen ocho de cada diez pibes (Quisiera preguntarles esto mismo a los jóvenes chilenos, sólo por curiosidad de saber cuántos, de cada diez, me dirán que el día que el golpe derrocó a Allende...)

El día del maestro no es una fiesta cívica. No es una alegría democrática ni una celebración de la palabra. (de la pluma, de la espada.)
De hecho seguimos separando, desde adentro de la profesión, higiénicamente, estúpidamente, el día del maestro del día del profesor.
Pero qué caray... yo quiero que el 11 de septiembre siga siendo el día del maestro, no el día de las torres!
Por supuesto, entiendo que mi deseo está condenado al fracaso más estrepitoso. Será que tengo vocación por ciertas propuestas que rozan la esterilidad.
Pero si es por deseos...también quiero que me dejen de contar las penas de los habitantes de Nueva York. Si vamos a llorar muertos injustos, llorésmolos a todos. A todos...a todos.
A los 3 mil de las torres, a los 35 mil criaturas, que ese mismo 9-11 murieron de hambre en el mundo, a los ¿cien mil? ¿seiscientos mil? ¿un millón? de muertos en Irak...(cuándo la cantidad será considerada suficiente?)
Ante semejantes cifras, confirmación y corolario de la estupidez humana, el debate de que en Argentina las fechas de celebración se eligen coincidentes con las muertes de los personajes recordados, (no con la vida) es prácticamente anecdótico.
Y ya en plan de pedir imposibles:
...quisiera que el 11 de septiembre le haya enseñado algo a Chile, y que no renuncie a ese aprendizaje, pues lo ha pagado muy caro
...que el 11 de septiembre le haya enseñado algo a los Estados Unidos, un golpe helado en el riñón de la ciudad mimada, que sirva para alertar y hermanar, y no para reforzar las cerraduras. De nada sirven más cerrojos cuando el ladrón está dentro de tu propia casa.
...que el 11 de septiembre, en Argentina, siga siendo recordado como el día del maestro, un día para la gratitud y la memoria.
(*) Fragmento de "Cita con ángeles" de Silvio Rodríguez
Nube en movimiento
2:45 a. m. | 2 Comments
Lidié un poco... y aun está un poco chueca...pero ahi vamos con la nube movil.
Gracias a Webmaster Deluxe
Las pestes del desamor
2:13 a. m. | 2 Comments
Esto no puede ser una buena prospectiva, me decía. Este sombrío futuro de tecnología creando falsa compañía, no lo creo, no me lo venden, éste porque es un francés amargo…que se venga a Latinoamérica un poco, para que le re enseñemos las bondades de tocarse, de palmear la espalda, de abrazar, del amontonamiento humano, de la cancha, de la comunión espontánea de cada semana nuestra cuando nos quedamos varados como corderos en un vagón de tren.
Junto con este recuerdo futuro anudé la filípica de un cura mala onda, muy culto él, buena oratoria, vocabulario fluido (bueno, los curas tienen tiempo de ocio suficiente para leerse los libros que gusten, lo menos que pueden hacer es ser eruditos en algo).
El sermón venía a cuento del recrudecimiento del Sida en el mundo. Sida venía con mayúsculas, aun en el discurso. Como decir el Maligno o Lucifer o AlQaeda.
“¿Qué otra cosa es esto sino un castigo de Dios ante la promiscuidad y el desarreglo en las costumbres sexuales? Hoy en día nadie piensa en el matrimonio, en la fidelidad, en la pareja para toda la vida, no, viven así, en medio de un libertinaje permanente, amancebados como perros…”
A-man-cebados.
Amancebados!
Y : como perros.
Deshumanizados por el escándalo, castigados por insistir dándole mordiscos a la manzana. Perros. Éramos perros.
Mazazo en la cabeza, en el corazón, en la ilusión. Nosotros (éramos jóvenes entonces) ya no teníamos un horizonte de sensaciones gozosas, una promesa de risas, y cuerpos flexibles y besos y muchos amores. No: teníamos una condena previa, un futuro de enfermedad y de muerte.
Tanto esperar para disfrutar del sexo y aparece el sida…!
Al principio (al mejor estilo Niemoller) no importó porque era cosa de maricas, de subnormales, era la peste rosa. Entonces no había problema: en Argentina, éramos todos tan normalitos, tan comilfó diría Cortázar, tan prolijitos después de las patadas en la cabeza de la dictadura. ¿Cuantos homosexuales argentinos morirían de sida? Na, unos pocos.
Pero, horror de horrores la cosa siguió más allá.
El virus, retrovirus, el maldito mutante que ni siquiera se dignó venir del espacio (eso hubiera sido muy siglo XX, por lo menos) voraz y maleducado, burlón, desastroso, matador… se desparramó como toda una peste hecha y derecha.
Y así lo vivimos, como el destierro del amor libre, como el fusilamiento del flowerpower, un hachazo mortífero silenciando el contacto, generando su vómito negro de nuevos estigmatizados…
Hubo de pasar mucha palabrería, mucho AZT, mucho comercial bonito contra la discriminación, mucho genetista explicándonos con infografías y con frases de eslogan que esto contagia pero aquello no, que si-da, que no-da, que el amor desinteresado y gratuito puede que sea el mejor remedio, que ningún cóctel salva si no hay una mano que se apoye en el hombro del portador de la campanilla del sida.
Y entonces, cuando parecía que el cura de la frase condenatoria estaba irremisiblemente chiflado de dogmatismo, cuando los vaticinios retorcidos del franchute se empezaban a astillar tímidamente, y a cubrirse de esa capita de grasa traslúcida, esas pecas otoñales del olvido… entonces reapareció la peste de la gripe.
Que poco romántico. Qué falta de charme, morirse uno de gripe, soltar la vida en espumarajos de moco, tener una gripe cuyo nombre incluso mueve a risa, eso de gripe porcina, qué poco charme…qué poca dignidad…
Pero lo peor de esta peste reemergente no es tanto contraerla como las maniobras para no contraerla. Ridículo, absurdo, risible: nos dejamos de amancebar para no enfermar de sida, y terminamos contrayendo gripe porcina. Es un mal chiste, es como casarse con una bruja…
Para no caer en ese abismo, para que los gérmenes no se adueñen de nuestras tripas y de nuestros ululantes pulmones, nos atrincheramos en una intocabilidad antinatural. No se toquen. No se besen. No coman juntos. No tomen mate. No se reúnan, que no hay tanto de qué hablar. Circulen, señores, circulen.
Algo salió mal de nuevo y ahí marchamos, con nuestros libros de historia y nuestras crónicas de pestes, al nuevo exilio de las sensaciones amadas de la proximidad, evitándonos con recelo, mirándonos con desconfianza, cualquier humano puede ser un frasquito de veneno para otro humano, un portador de dolor, de fiebre, de inseguridad, de tos seca, de muerte.
Nos saludamos de lejos, y pronto dejaremos también de hacer eso, no sea cosa que el aire, que la energía en la mirada, que la atención en foco…
Creo que ni el mismo Maligno con mayúsculas hubiera urdido planes tan siniestros. Deshumanizarnos, volvernos perros, volvernos chanchos, volvernos seres miedosos unos de otros, incapaces de cuidarse, sin el menor sentido de la manada.
Tenemos de todo, pero las pestes corrompen y se desayunan nuestros tesoros más intangibles, porque son ni mas ni menos que eso: las pestes del desamor.
Me tienta mandar nuevamente a Homero al pasado con su tostadora-máquina del tiempo.
Eso es: que vaya y vuelva, dos, diez, cienmil veces más, hasta que amenezcamos en un mundo donde el amor no enferma, donde el contacto no te pone en peligro, donde volvamos a amontonarnos a la noche, olorosos y fraternalmente humanos, tiritando de emociones, alrededor de un fuego manso donde se cocina, lenta, lentamente, la sopita de la civilización.
Brazos de sol (ellos y yo)
10:40 p. m. | 5 Comments
Alejandro Filio, no sé dónde, en Barcelona, en algún sitio, cantando este tema que es precioso..
Yo tengo la versión en audio cantada con Silvio. Y entonces, ellos cada uno donde esté, y yo acá, tomando mis mates bien argentinos, y jugando con la compu un poco, hago este milagro, este chiste, esta licencia de la tecnología que ahora está a mi alcance a golpe de algunos clics:
Estimado y sufrido público, con ustedes, con solo dar el clic correcto, a tres voces, Silvio, Alejandro y VeRa, cantando el estribillo de Brazos de Sol...
biopsia condimentada a lo VeRa rex
6:14 p. m. | 5 Comments

Mi método nocientifico de conocer
Mi método para degustar esos pedacitos de vida que me van seduciendo es una mezcla de Doña Petrona C. de Gandulfo y Dr. House, a saber: pruebo los ingredientes, desarmo la receta original, pellizco aquí y allá y veo como sale mi propia salsa. O bien: extraigo un fragmento vivo, lo analizo un poco, conjeturo, trato de imaginarme los antes y después, las tramas que cruzan...pero mientras tanto hago algo con eso. Biopsia condimentada a lo VeRa Rex. Ese es básicamente mi estilo de conocer.
En ese plan leo salteado materiales de lo más eclécticos y mezclo viejo y nuevo con despareja suerte, y encuentro a veces perlas, soluciones, nuevas preguntas, gente, voces, pasos adelante.
- En la tapa: AULA XXI
Es lo primero que me causó sorpresa...que dijera AULA. Palabra asociada irremisiblemente a escuela, escolar, pupitre, tiza. No importa que diga después XXI... AULA tiene peso específico suficiente. Y si a alguien le quedan dudas todavía, que se las sacuda ni bien se tope con la tapita verde del libro. Estás por abrir la puerta de un AULA, querido lector, nada de clics por aquí y por allá, nada de dibujitos, nada de animaciones. No se me distraigan. Esto es un aula, señores. No metan bulla, sh. Ahí viene el profesor... (Ese de camperita verde es el profesor? el de los pelos simil Einstein? ah, pues vamos a ver...)
- Frases de niños en los inicios de cada capítulo:
Mi mamá dice que yo de peque pregunté por qué había que comer "a la hora del almuerzo" en lugar de comer "a la hora del hambre". Que a todos les pareció profunda mi cuestión. ¿Yo era genial o futura existencialista? Lo dudo. Era chica, nada más. Nativa de la inocencia, eso sí.
- Gerundios por doquier
Bueno "Nativos..." está lleno, plagado, atestado de inicios gerúndicos. A ver, piensa Doña Petrona House, piensa: ¿a qué se puede deber? Conclusión preliminar: a que hemos ido deslizando, en los últimos (y anteúltimos) tiempos hacia un presente expandido en el cual, todo el tiempo nos contamos unos a otros "que estás haciendo" o "qué estás pensando" o "qué estas procastinando" (ja)
Uno dice, en la red de conversaciones "gestionando nuevos cursos..." o "pasando a modo desconectado..." y los ojos -pantallas- que nos ven entienden perfectamente bien ese "estar siendo".
Yo le perdono los gerundios...y más (ver items siguientes)
- La teoría del espejo retrovisor
- Los docentes
Los docentes aparecen interpelados en muchas esquinas de la lectura. Una de las llamadas que más me encantó fue la llamada a volverse expertos en competencia comunicacional, en inteligencia emocional, y en seducir con su discurso / valor / contenido.

- Ex-plicar / Im-plicar[se]
Cito: "La mayoría de los docentes se consideran responsables exclusivamente de la explicación de los contenidos, no de la implicación de los alumnos"
Sentencia que me catapultó hacia atrás en varios años, al momento en que me topé en mi carrera con un raro librito cuyas letras (tipografías, uso de las negritas y destacados, mix de imágenes y fragmentos de textos) estaban muy por fuera de la lectura "clásica" universitaria. El libro se llama "Mutaciones en educación segun Marshall Mc Luhan" y es del año 1975 (!) El autor, un brasileño, de Oliveira Lima, sentenciaba parecido: "El docente es el único profesional que puede atribuir su fracaso a sus destinatarios. Si el profesor fracasa es porque el alumno no estudió, jamás es por su culpa" o "Las escuelas gastan cada vez más múltiples energías preparando a los alumnos para un mundo que ya no existe"
Este libro fue muy resistido entre mis compañeros, y al año siguiente se retiró como material de cátedra. Una pena.
Y pues, las preguntas son: ¿Son los docentes una caricatura exacerbada del maestro autoritario de The wall? ¿o una versión mal paga del profesor de literatura de la sociedad de los poetas muertos?
¿Solo explican porque no saben hacer más que eso? ¿O porque se espera de ellos eso, que mastiquen los contenidos académicos y se los metan en el buche predigeridos a los parvulitos?
Quizás las pistas andan cerca. Hay que afinar el oído dormido.
- Neologismos/Lenguaviviente/ Versos Alejandrinos
Pero, ya está dicho: le perdono los gerundios, y tambien los versos alejandrinos. A mí no molestan, por el contrario, aligeran el ritmo al leerlo.
Efectos colaterales: aún no estudiados ni previstos.
Diagnóstico preliminar: Sabroso.
Una frase (de muestra): "E la nave va"
la metamorfosis
6:05 p. m. | 2 Comments

Pero sigo acá en lugar de abrir otro blog donde me devore el vértigo parsimonioso de "estar al día", de actualizar, de visitar a otros para conseguir seguidores. Nunca quise eso, y sigo sin quererlo.
Este es un aviso, una horrible disculpa anticipada a algunos visitantes. Lo que seguirá es el estilo, la autoimpuesta condición de escribir sin edición (como cayó, quedó) que es al mismo tiempo regla de hierro y libertad de lengua (¿de tecla?)
Puede que todo lo demás se convierta en otra cosa.
Puede que no.
Metamorfosis iniciando...cuenta regresiva caníbal: 100, 50... 10, 9, 8... 5, 1...
no todos los hugos son pardos
12:49 a. m. | 11 Comments


Incluso volvió a dar ese consejo en la rueda de preguntas del final.
- La de "Ustedes ya lo saben" (no, no todos lo saben, a ver qué hacemos con esto, ni ser pedantes, ni enladrillar más alto el muro nativos/inmigrantes, ni dar por supuesto que el mundo es mi pequeño, pequeñísimo mundo)
- La de apuntar a lo simple y ligero. Simple, simple, simple.
- La de generar contenidos de valor. Simple y de valor, en lugar de retorcido y soso. "El arma competitiva más potente es el conocimiento"
- La de asumir una responsabilidad en este escenario.
Ya saben: háganlo simple, transmitan algo con sentido, y sean responsables por las consecuencias.
¿Pensará más o menos así Hugo Pardo?
Vaya usted a saber...
Próxima entrega: reflexión pascual sobre los walled gardens y los jardines de la victoria. Lo voy pensando, prometo escribirlo cuando encuentre el punto.
El aprendiz
2:24 a. m. | 0 Comments

Importancia y folksonomía de los héroes
2:18 a. m. | 0 Comments
Los semidioses o héroes eran una especie curiosa de sujetos: hijos de la mezcla -frecuente- de dioses y mortales, venían a ser algo así como la certificación de que los Magnos del Olimpo se dignaban bajar a darse una vuelta por los bajos mundos cada tanto.

la vida simple no es simple
9:54 p. m. | 4 Comments
El viejo es muy viejo, su barba es azul,
el niño es muy niño, su risa está intacta aún,
y juegan al mundo, a la historia, a la vida...común
....común.
Un viejo -un abuelo, claro- jugando con un niño, que no se me ocurre otro que su nieto, o mejor: bisnieto, jugando a la vida. Es una imagen evocadora, una imagen capaz de causar nostalgia hasta por lo que nunca tuvimos. Para jugar no necesitan casi nada, porque juegan al mundo, y el mundo está lleno de cosas, por dondequiera que mires. En un espacio-tiempo de ciertas libertades cumplidas, de ciertas condiciones mínimas aseguradas, jugar es el lenguaje por excelencia de la niñez, especialmente cuando la risa está intacta aún.
Mis recuerdos de jugar en la infancia vienen pegados a las voces de mis tres hermanos, a la cantidad indefinida de gatos, cobayos, hamsters, que hemos tenido, a las muchas alternativas que le encontrábamos al jardín de casa, a los árboles, al carrito de madera que tan pronto nos quedó chico, a algunos juguetes de plástico, tela, madera. Yo tenía una perrita preferida, pero la dejaba en la casa de la abuela Nené, una perrita de plástico duro imposible de acunar o cambiar de posición, pero que yo adoraba y llamaba Tatuna. Y nadie pregunte por qué era perrita y no perrito. Los juguetes tienen sus propios temperamentos, no crean...

Mis hijos nacieron en una época de esplendor de la juguetería, supongo. Los estantes de las grandes jugueterías tienen una variedad de ofertas que tan sólo entrar a ver es un paseo de media tarde.
Es cierto que hay objetos tontos y que "juegan solos" (como se queja, ante quien quiera oirlo, mi viejo) Pero también hay cosas maravilladoras, de materiales nobles, resistentes, brillantes, manipulables y que invitan a la imaginación.
Recuerdo como si fuese ayer (ay!) a Pato, con unos pocos meses, menos de un año, intentando hacer que un telefonito lleno de artilugios volviera a producir un sonido. Él jugaba con cosas que imitaban el mundo real: un mundo de teclas, luces, sonidos, botones, antenas... Jugaba también con palos, bichos, piedritas, cajas.
A los trece, se ha vuelto experto en algunos juegos de Playstation. Pato, como muchos otros chicos de su edad y su entorno, mantiene un incomprendido idilio con los videojuegos. Las madres normalmente tenemos una de estas dos reacciones ante los idilios de nuestros hijos: indiferencia o celos. Lo mío era la indiferencia.
En los primeros tiempos de furor, había tratado de "enganchar" con los videojuegos y me habían aburrido mortalmente. Entonces cuando
Bueno, pero uno de estos días me senté con él a ver un juego de construcción: los sims.
En un momento el juego se detuvo (Pato "perdió el mando del Sim") y se me ocurió sugerirle que activara el otro mando: resultó. Esa sugerencia me dio el password para entrar a su juego, y me hice cargo de uno de los dos "sims" (un chico, pelos despeinados, flaquito, que Pato había customizado un rato antes)
Bueno, la secuencia transcurrió así:
- Primer momento: voy mirando desesperadamente cómo hace Pato para que SU sim camine, entre a la casa, dé un saltito. Imito todo lo que Pato hace y como resultado... los sims se besan!! Y son dos varones!!! Horrorizado por la avanzada gay de "mi" sim, Pato me da dos o tres consejos para que me vaya a otra parte de la casa y mantenga a mi peligroso besuqueador ocupado.
- Segundo momento: El juego se complejiza, surgen más personajes que van reclamando atención. Yo me esfuerzo por mantener los valores de mi personaje en equilibrio: lo hago comer, dormir, bañarse, con precisión militar. Pato logra conectarse con los recién llegados, no s en qué anda...me he concentrado en el mío.
- Tercer momento: Pato mira mis valores, está todo armónico y controlado, se preocupa repentinamente largando un "uh, el tuyo está mejor que el mío..." No puedo con su angustia ahora, estoy abrumada atendiendo a mi sim que come, duerme, hace caca, se baña, saca la basura, compra carne. UF!! Sólo sobrevive y me tiene ocupadísima! Abandono... me estresa! no me divierte esto!
- Cuarto momento: Pato me dice algo acerca de la pantalla y recién reparo en que se ha dividido y cada uno tiene su mitad. (perdí de vista el resto del juego...!) El sim de Pato aparece con una guitarra eléctrica en la mano. Y me avisa, de paso, que se puso de novio con la chica de los jeans ajustados ( ¿y eso? ¿¿cuando pasó??) Le pregunto cómo lo logró, porque yo no pude más que cumplir lo mínimo, y me clavó un análisis que puedo regalárselo a cualquier terapeuta que haya querido entenderme en estos 45 años:
Conque era eso: yo traté de mantener. Él, de cambiar.
Mi estilo funciona pero no da como resultado nada nuevo, y paradójicamente, cuanto más estable el personaje, más aburrido el juego. Pato pone en peligro a su sim, lo lleva al borde del insomnio, deja que se le llene de moscas por no bañarse... pero se gana una guitarra. El juego se enriquece.
Yo saqué esa lección de jugar a "la vida simple". Que finalmente, ni jugando es simple.
Pero como al final me aburrí, me busqué un libro de CF y me hice unos mates.
Pato, también se aburrió al rato. La diferencia es que cuando se aburrió de jugar, se fue.
A seguir jugando.
estoy en las nubes
10:04 p. m. | 0 Comments
Las nubes de tags nos revelan, a golpe de ojo, de qué va la cosa apenas entramos a un sitio o a un blog, de puro curiosos. A mí me han ahorrado tiempos enormes: miro la nube de tags y veo un enorme palabrón que destaca por ejemplo Conferencias... huyo velozmente y sin culpa ni pudor. Un sitio que tiene la palabra arte o diversión en su nube, me llama a permanecer. Y así...
- Uso un formulario en googledocs para hacer las preguntas que originarán la nube
- Reúno todas las palabras recogidas en el docs, las ordeno (casi siempre con alguna herramienta tipo office, bueno, cualquiera que tenga una funcion "ordenar") y si algunas se pueden agrupar, las agrupo. Por ejemplo si aparecen las palabras: feliz felices felizmente pongo "felicidad" tres veces y ya. Ok, es un poco de canibalismo, pero así funciona mejor
- Vuelco todas las palabras en la web de TagCrowd y dejo que se forme la nube de etiquetas.
- Por último la capturo, a veces la coloreo (a veces no...) y la expongo donde se la pueda ver/admirar/apreciar/servir de puntapie inicial.

vacíos
1:25 a. m. | 2 Comments

Una, porque él no ha llegado.
Otra, porque ella se fue.
Entonces las tardes grises son más grises: porque él, que no llegó, no llega nunca, porque no trae su dulce carga de abrazos, su aroma de pan tostado, sus ojos de estrellas atardecidas.
Y porque ella no regresa multiplicada en oportunidades de volver a estallar de júbilo, porque ella no se repite en otras, porque ella se ha convertido en una mala sombra que engendra rencores rancios y empaña hasta la felicidad pasada.
Sobre el doble dolor se teje, con agujas de letras, un delgado hilo de comprensión.
Son almas las que hablan y sueñan, y comparan heridas, y suspiran su paralela soledad. Sus vacíos simétricos y opuestos se sientan largamente en las sillas heladas, y desayunan penas en una peligrosa rutina de simulación.
Ella que dice ya no te espero, pero miente y espera, mordiéndose los labios para evitar el derrame tóxico de su amor .
Él que se mortifica porque el amor no le sale ni juntando fuerzas para imitarlo. No miente, no hace falta: una afilada espina púrpura clavada hasta los huesos es el recordatorio.
Entre los espacios en blanco, caracoleando, se cuela un viento sucio y tibio. Trae más nostalgia, más ansias. No parece haber consuelo por aquí.
Se sufre por amar demasiado, se sufre por no lograr amar... Las sillas impecables siguen vacías, un eterno día en greyscale se abate sobre las almas.
Cerca -tan cerca- el rocío está besando con delectación de amante unas hojas tiernas.
Bastaría levantarse de la silla y estirar los dedos, sólo eso, ese breve gesto, y la primavera volvería a comenzar.
La diosa tecnología no habla español
8:29 p. m. | 27 Comments
Chagrin d´ecole
8:29 p. m. | 8 Comments
Lo compré porque era de Pennac, no porque hablase de escuelas (al mismo tiempo compré otros tres de la más diversa calaña...para compensar...jaja)
Chagrin d´ecole no sé si es exactamente "mal de escuela". Chagrin se parece más a "malestar" o "disconformidad" o "disgusto"
Un libro dedicado a los alumnos que la escuela considera un fracaso: los malos alumnos, los que no entienden nada, los que repiten de año, los que están sentados en la clase pero nunca "están" allí.
Daniel Pennac habla en primera persona, mezclando su exquisito manejo de la gramática (francesa!) con las anécdotas familiares totalmente creíbles o los minúsculos microcapítulos del libro (de menos de una carilla) donde se permite agregar una simple aclaración.
El señor Pennac era un mal alumno, un adoquín, un zoquete (como traducen al español su francesísimo "cancre") y nos cuenta su dolor y el padecimiento del mal alumno en el engranaje impoluto de un sistema planificado sólo para el éxito.
En su libro habla de su pasado de "cancre", de la desesperación familiar por su ineptitud, de los cuatro profesores que "le salvaron la vida" (¡qué inspiradores esos cuatro colegas!) del amor que lo lanzó hacia la posibilidad de la confianza y el éxito, de su preocupación luego, como profe, por esos alumnos "especiales", "duros", "zoquetes".
Habla con fe de sus métodos eclécticamente no convencionales, de los alumnos que lo reconocen por la calle, en bares, en aeropuertos, en librerías... Es vivificante leer su metamorfosis.
Habla, en cambio, con cinismo o tristeza confesa, de la Escuela de la República. Esa escuela pública, gratuita, académicamente rica y democratizadora que Francia levantaba como estandarte en Mayo de 1968.
Al respecto, Pennac dice:
"Mayo del 68 era un movimiento anticonsumista, pero cuando sus efectos fueron desvaneciéndose y la sociedad francesa adoptó formas más liberales, entonces irrumpió el consumo de masas también en la escuela. Los niños y los padres pasaron a ser clientes y consumidores. Y la escuela no tiene nada que vender. Imparte saber, transmite conocimiento, algo que es necesario pero que raramente se desea. Hoy muchos chicos parecen un escaparate al servicio de diversas marcas. Los que tienen libertad de espíritu respecto a esa clientelización de la enseñanza son los que saben resistir mejor los espejismos del consumo".
En el libro dedica un capítulo entero a hablar del discurso del marketing que travestido de nuevos lenguajes empuja, impregna, provoca y juega sucio para colonizar sin objeciones los -magros- tiempos de la escuela. "La escuela tiene que abrirse a la publicidad, pues esta terminará siendo un tipo de información, materia prima de la instrucción" Pennac escucha esa frase en un programa radial que aboga por liberar a los niños del "guetto escolar" (qué amables, qué modernos, qué buena suerte que están los marketineros para decirnos a los maestros que somos unos parias del sistema...)
Y no se trata del lamento borincano de un viejo profesor despotricando por lo mal que hablan los chicos, producto de escribir sms en código, o porque se han perdido las buenas costumbres de los viejos tiempos... diría que Pennac está justo en la vereda de enfrente de ese modelo. Bueno, yo también. No me espantan los adolescentes vagos para leer y diestros en los videojuegos, pero tampoco creo que son el prototipo de una nueva inteligencia.
Son, por el contrario, víctimas del chagrin d´ecole. Resignados o peleadores, son los pibes que bostezan con descaro o te miran con unos ojos que no dejan resquicio de duda: no te miran, no te oyen, no entienden un pepino de lo que estás hablando, "te dejan la cara y se van". Se aburren, se vacían, sufren el mal de escuela, pero sus profes también lo sufren.
Lo malo es que los profes se han olvidado
Se han olvidado de que un día ellos tampoco sabían.
No sabían cómo se reconoce un objeto indirecto, no sabían en qué año nació Kepler, no sabían qué función tenían los estrógenos (no, profes de ciencias, en serio, hubo un tiempo en que NO lo sabían!) y así...hasta el infinito.
El mal alumno, o el que está en la luna, o el que no avanza, o aquel que manifiesta o silentemente expresa que nuestra materia o especialidad le importa un rábano porque no tiene nada que aportar a su vida.... ese debería ser nuestro alumno ideal.
Así lo entiende también Daniel Pennac, que se queja de que los profesores han perdido el sentido de la ignorancia.
Me hizo acordar a un brillante consejo de Seymour Papert, que aconsejaba a quien enseñara a usar la computadora a otro ponerse en cuclillas a su lado. A su altura, mirando juntos la pantalla. No tomes el teclado por él, no le quites el mouse y lo hagas: sólo baja desde tu altura (en mi caso, el pedido es casi chistoso) y ubicate a la par. Y mientras lo haces, mira el problema cómo lo hubieras mirado cuando aún no sabías.
En síntesis, a medida que iba leyendo la transformación del "zoquete" Daniel Pennachioni en el profesor y literato Daniel Pennac, se me fueron apareciendo en frescas hileras de recuerdos algunos profesores y maestros que servirían de ejemplo para ambos extremos del péndulo. Tuve suerte: me acordé antes de los buenos que de los malos.
También el recuerdo de compañeras y compañeros de estudio estigmatizados como "malos alumnos". Me pregunto qué será de ellos hoy (mmm... deberé bucear en Facebook...jaja)
Un gusto precioso este libro. No le doy 5 estrellas porque sería un insulto al mal alumno que lo ha escrito. Le doy 4, pero las cuatro mejores, las cuatro que quiera, las cuatro que le marquen el norte dondequiera que esté.
Y unos links:
Aquí, una entrevista a Daniel Pennac acerca de este libro.
Una carta de Rimbaud a su maestro Izambard, devenido pronto en su mentor literario.
Otra entrevista, a Jacques Ranciere, filósofo marxista que rescató la figura de Jacotot, en su libro "El maestro ignorante"
El experimento
12:56 a. m. | 5 Comments
El experimento de enredarse en una red en la que todos los peces quieren ser capturados resulta, como poco, inquietante. A mí me ha reavivado atávicos miedos y curiosidades que creía sepultadas por la evolución...
Facebook me parece un monstruo a medio camino entre lo humano y lo tecnológico, tiene algo fascinante y aterrador la mezcla. Me siento un poco el doctor Frankenstein, un poco, no mucho, ya que la criatura muta a los saltos, día tras día, se devora lo nuevo y lo vomita convertido en muy otra cosa, naturaliza las declaraciones más humillantes como "tal y y tal han dejado en claro en Facebook que estan comprometidos" (y con un icono mínimo de corazoncito -el summun plus de la cursilería- Facebook declara que esa persona está casada aquí, porque aquí lo dice, y basta con eso, la palabra del usuario tiene categoría de ley....tiemblan las filosofías clásicas, mientras los lacanianos se regodean con las punzantes cadenas de significantes caídos....)
Braceo con dificultad por el mar atestado de nombres y de caras y de tests que no me interesan y de personas a las que no les importo pero "que quizás conozca". Me ahogo de a ratos, volviendo estúpida y porfiadamente a la orilla, prendida de un ancla que dice "inicio" y que me engaña con ilusión de libro del Génesis universal que lo explique todo. Trago saliva, trago letras, trago botones y clics, interminables, enrollados, sucesivos, solidarios con el nuevo tic que ostenta mi dedo índice. Me enfado, me fastidio, me divierto, me sorprendo, intento -sin el menor éxito- reducir mi tiempo en este sitio que no es ni siquiera un sólo sitio, sino una telaraña pegajosa y tentadora de nuevas puertas que abrir...
La mejor parte es que las neuronas se me desentumecen y se frotan, impúdicas y móviles, axón-dendrita, dendrita-axón, rociándose unas otras con delgadísimos puentes nuevos, casi que las siento crepitar y contarse micronovedades.... Piensa, piensa, conecta, teje ideas, veramarina, no es tiempo perdido...es puro goce y comunicación. Usar es comunicar, dice Alejandro, y la forma de uso es la poética de esta red...
Dice un antiquísimo proverbio que lo último que los peces investigarían sería el agua.
Y bien, bocones anaranjados koi, estamos un paso adelante de ustedes, pues. Nadando, flotando, mirando con deleite y susto, totalmente sumergidos en el experimento facebook.
Noticias de ayer
12:52 a. m. | 2 Comments
No copio y pego nada, hay que leerlo. Vale la pena.
A golpe de clic.