Entonces, en medio de la disección de mi alma, que se dejaba autopsiar como en un sueño sin dolor, empezaron a aparecer las frases que hablaban de los años.
"Se te pasan los años" y "Cuántos años hace que".
"Si en todos estos años..." y "Ya no tenés veinticinco años"
Mientras uno repasa sus acciones entre amigos, no es extraño que aparezcan esos cotejos, estilo "durante ese año que yo hice tal cosa, vos en qué andabas?"
Las caras de los compañeros y enemigos, guardadas en el arcón de la juventud, se presentan en desorden: y resulta que ahora la flaquita que todos se querían comer cruda en el centro de estudiantes es una gorda medio "obse", que les limpia los mocos histéricamente a sus cuatro varoncitos. El seductor de pelo largo estilo sioux es un abogado marmota de barbita candado y pelo duro de gomina. El profe de Sociología es el ministro de Educación. El cantante sexy de nuestra adolescencia es fertilizante para narcisos. (*)
Nuestros padres, gente grande que hay que mirar con otros ojos, porque se empezaron a presentar la osteoporosis, los problemas de memoria, la intolerancia a un alimento...
Nosotros mismos, somos ya una manga de cuarentones. No, claro, obvio, ni qué hablar: estamos todos bárbaros.
Sólo que me pasan cosas como estas: Mi ex novio se casó el mes pasado con una mina que también tenía hijos grandes. Voy por la calle con mi hija y el mejor piropo que recibo es "sueeeeegra!".
Pero yo soy tan soberanamente tonta, que sigo aferrada a algunas fórmulas que me aseguraron (hasta hoy) la lozanía del alma. Me empeño en tener ocasiones de reir a carcajadas, me empeño (¡y cómo!) en enamorarme, me empeño en aprender cosas nuevas, aun cuando la seguridad de lo que ya conozco me tira sus garfios.
Me hago amiga de mis arrugas y las tolero con cierta dignidad (tampoco es verdad que nos gustan, no seamos hipócritas...)
"Se te pasan los años" y "Cuántos años hace que".
"Si en todos estos años..." y "Ya no tenés veinticinco años"
Mientras uno repasa sus acciones entre amigos, no es extraño que aparezcan esos cotejos, estilo "durante ese año que yo hice tal cosa, vos en qué andabas?"
Las caras de los compañeros y enemigos, guardadas en el arcón de la juventud, se presentan en desorden: y resulta que ahora la flaquita que todos se querían comer cruda en el centro de estudiantes es una gorda medio "obse", que les limpia los mocos histéricamente a sus cuatro varoncitos. El seductor de pelo largo estilo sioux es un abogado marmota de barbita candado y pelo duro de gomina. El profe de Sociología es el ministro de Educación. El cantante sexy de nuestra adolescencia es fertilizante para narcisos. (*)
Nuestros padres, gente grande que hay que mirar con otros ojos, porque se empezaron a presentar la osteoporosis, los problemas de memoria, la intolerancia a un alimento...
Nosotros mismos, somos ya una manga de cuarentones. No, claro, obvio, ni qué hablar: estamos todos bárbaros.
Sólo que me pasan cosas como estas: Mi ex novio se casó el mes pasado con una mina que también tenía hijos grandes. Voy por la calle con mi hija y el mejor piropo que recibo es "sueeeeegra!".
Pero yo soy tan soberanamente tonta, que sigo aferrada a algunas fórmulas que me aseguraron (hasta hoy) la lozanía del alma. Me empeño en tener ocasiones de reir a carcajadas, me empeño (¡y cómo!) en enamorarme, me empeño en aprender cosas nuevas, aun cuando la seguridad de lo que ya conozco me tira sus garfios.
Me hago amiga de mis arrugas y las tolero con cierta dignidad (tampoco es verdad que nos gustan, no seamos hipócritas...)
Le pongo garra al día a día, decido que tengo más ganas de tener alegrías que melancolía.
Y les digo por qué...
Prefiero que un antiguo compañero de la Facu, un antiguo amigo, un primo olvidado, me cruce por la calle y piense "mierda! está grande... peroooo... está bien!" Eso solo se transmite si el alma no está enmohecida de desdichas.
Que dolor si Pablo Milanés me dedicara un tema que diga, como en "Hoy la ví":
"Hoy la vi,y tenía un rostro ajeno al que yo amaba;
Y les digo por qué...
Prefiero que un antiguo compañero de la Facu, un antiguo amigo, un primo olvidado, me cruce por la calle y piense "mierda! está grande... peroooo... está bien!" Eso solo se transmite si el alma no está enmohecida de desdichas.
Que dolor si Pablo Milanés me dedicara un tema que diga, como en "Hoy la ví":
"Hoy la vi,y tenía un rostro ajeno al que yo amaba;
el que dan unos años de no ser feliz."
Claro que a veces deseamos, amargamente, irremediablemente, tener menos años, volver un poco atrás, reparar el pasado, torcerlo, chistamos y nos autoculpamos "Si hubiera hecho y no lo otro" "Si me hubiera dado cuenta de tal cosa". Sabemos que es inútil, pero gastamos energía en ello de todas maneras.
O necesitamos tener diez años de menos, porque el espíritu aletea salvajemente preso de la carne, porque el corazón late con furia y pasión, pero el cerebro y las buenas costumbres dicen que yo estamos en edad para esas cosas. Rabia, impotencia, maldito Cronos, a los treinta y tres esto no se me había ocurrido y ahora que se me ocurre tengo esta gruesa decena de años de más?
(*) Una expresion del profe en "La sociedad de los poetas muertos"
6 comentaron esto...:
El primer golpe fue cuando mi hija (chiquita, todavía) gritó: "miren, una foto de papá cuando tenía pelo!!"
El segundo golpe fue cuando a la salida de una reunión con amigos mios, mi hijo (chiquito, todavía) preguntó "Papá, y porqué te dicen Flaco?".
Ambos golpes fueron mas duros que aquellos que con tanta frecuencia me propinaban, ellos, cuando sus brazos, piernas y cabezas encontraban (con la fuerza de arietes y precisión de cirujanos) partes de mi anatomía baja que cuento entre las mas apreciadas.
Vio que el comentario fue corto? Es para que no diga después que la apabullo...
Flacus
ud solo me apabulla con sus comentarios sapientes en el blog de Bob Chow.
acá es casi angelical.
y Lala? y vos...para cuándo?
Si lo supiera no me atormentaría tanto.
Te suena prima?
Beso
Lala:
dicen que el modo de lograr que las viejas nos pregunten "vos, para cuándo" en los casorios es reptirles la misma pregunta en los funerales.
Pero no sé, me da cosita.
jajaja
QUE MINA... MIRA vERA, LLEGUÉ A TU BLOG POR LA INSTANCIA UNIVERSAL QUE ME BRINDABAN LAS ESCULTURAS DE VIGELAND, RECOGIDAS EN UN PERIÓDICO LOCAL EN MI CIUDAD, CHILENA Y PROVINCIANA... ABRÍ LAS FOTOS Y DE PRONTO CAÍ EN TU BLOG, EN TUS FOTOS... EN TUS CANTOS, ESOS QUE HACES EN UNA PROSA EXQUISITA... Y AQUÍ, AL OTRO LADO DE LA CORDILLERA, CON "EL PACÍFICO" A LA ESPALDA COMENCÉ A INDAGAR Y ENCONTRÉ UN LUGAR QUE ME SACÓ DEL TRABAJO, AL MENOS MEDIA HORA... O SEA, VI DESDE LAS FOTOS DEL CHALECO COLOR CHOCOLATE, HASTA LA MIRADA COLOREADA DE ELLA SE PEINA...
Y NO SOY DE ANDAR EN BLOGS, SINO DE HABLAR O ESCRIBIR CARTAS... NO DE BLOGS, SIN EMBARGO, HAS DESARMADO COMPLETAMENTE EL ASOMBRO POR UN DÍA.
UN GRAN BESO Y ESTARÉ PRESENTE, QUERIDA VERA.
CHRISTIAN OCTAVIO
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