"Quise convertir una habitación de casa en un jardín zen, ya sabéis, arena, algunas rocas y un rastrillo para arar formas mientras meditas. Yo opinaba que quedaría muy bonito y que relajaría mucho entrar allí, con olor a incienso, esas cosas. Mi mujer, sin embargo, consideraba que haría un montón de polvo, y que pronto tendríamos el pasillo lleno de arena, y que se nos iría metiendo por los zapatos, y que, además, aquello sería un perfecto nicho ecológico para todo tipo de bichos. Y es que es lo que tiene el zen, que no se puede practicar en casa."

Este es uno de los cuentos de cien palabras, llamado Jardín zen, que publica Jordi Cebrián en su blog. Hay muchos bonitos y ocurrentes. Otros, apenas se sostienen por su peculiaridad de estar escritos en cien palabras. Ni una mas, ni una menos (o eso dice Jordi)

5 comentaron esto...:

Anónimo dijo...

HOLA VENGO A REVOLEAR LAS PATAS!;)
TOI AKA AL LADO TUYO.. I CHUSMEO TU BLOG! =) BESOTES MAMI!! TE KIEROO VITEH. CHECHN . x]

T O N T A M E N T E dijo...

Hola, ví luz y subí.
Pasaba por 0 comments buscando a Bob y ví tu aviso.
Saludos,
Diego B

Anónimo dijo...

Vi luz y subí, dice la mosca antes de morir electrocutada en la parrilla que cubre un tubo fluorescente violeta.


¡Che, hay muchos niños! Vaya cucha.

Anónimo dijo...

Y ven mucho Alejo y Valentina!

verarex dijo...

no...los ke ven alejo y valentina son los del OTRO blog!!
Acá hay mucho fluir de la conciencia, dejense de hinchar
Salut

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