Estaba tan angustiado por no tomar la decisión que un caballo de la manada (o quizás...por qué no? una yegua!) se le acercó y le preguntó por qué dudaba tanto.
Él respondió: "El buey me dijo que el río es semejante a un charco...que apenas si toca el agua su panza. La ardilla, en cambio, dijo que el río era un sitio peligroso y profundo, con correntadas que podrían arrastrarte hasta el fondo..."
"El buey?" preguntó su asesor. "Es mucho más alto que vos... y la ardilla...es evidentemente mas pequeña. Ambos sólo pueden decirte lo que les pasa a ellos con el río."
"Entonces?" suplica el potrillo
"Entonces... para saber cómo te va a ir con algún asunto, no queda más remedio que involucrarse con él"
Y, dando un leve toquecito de ánimo, le indicó la orilla.

De a ratos caminó tranquilo, otras veces vadeó haciendo un notable esfuerzo...
Llegó del otro lado y ahora que volvió a mirar, ya no le parecía una cuestión por la cual preocuparse.
Entonces: aquí estamos.
De este lado de la orilla. No soy buey, no soy ardilla, no soy siquiera un potrillo que tiene el amparo de su inexperiencia.
Me estoy arremangando los pantalones, dejo el reloj (no es resistente) en una ramita aquí, para cuando regrese. Me froto las manos, me dan ganas de estar ya del otro lado: vamos a ver qué me pasa a mí con el río.
2 comentaron esto...:
Hola Vera! lindo blog, si el rio es asi bajito como el de la foto lo cruzo, sino no. suelen estar muy friiios
Gracias chipichipi!!!!
Hay rios frios y cálidos
profundos y bajitos
Hay kienes se ahogan en vasos de agua, también
;)
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