Mi cabeza no descansa.
Ni siquiera en sueños.
Teje redes, inventa historias, anuda pareceres, imagina soluciones.
Visita mundos y sigue preguntando. Mi mente es incansable.
Ah...pero el cuerpo... el cuerpo pide por favor un sueño despejado de labores.
Sueño que sueño... y en el sueño sigo revolucionando los átomos de la vida.
No es que hablo dormida: es que mi espíritu no duerme, ni aun en sueños.

1 comentaron esto...:

Anónimo dijo...

lo que no daría porque aunque sea una noche se pusieran de acuerdo y me dejaran disfrutar de dulces sueños, mi espalda anudada estaria inmensamente agradecida...



lala

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