Estas dos semanas trabajé mucho (pero MUCHO) con mis compañeras Gabi y Susana organizando y dando vida a un Seminario Virtual para profes de Nivel Superior de todo el país.
Además de haber aprendido una enormidad de cosas -supongo, en parte, por la práctica forzada e inevitable de tener que estar a toda hora entrando y saliendo del campus, arreglando y acomodando detalles- tuve oportunidad de "leer" a gente que vive, trabaja, enseña a cientos, y en algunos casos miles de kilómetros de mí.
Me tocó en gracia establecer contacto con los cuatro especialistas que escribieron sus ponencias para la ocasión. Todos, un lujo. Todos, un gran placer.

Pero de los cuatro -ninguno lee mi blog, así que ninguno se enojará...- quien más me enseñó en estos escasos días fue Daniel Prieto Castillo, un educador mendocino, como gusta definirse.
Se podría decir que hizo que renovara mis votos con la tarea de educar y ratificara mi decisión de humanizar la tecnología, pasito a paso, momento a momento, palabra a palabra.

Daniel dice en su mensaje de saludo final al foro, esta frase:

"No creo en irrupciones tecnológicas en nuestros espacios de docencia (y mucho menos de docencia para formar docentes), si en ellos no se viven experiencias profundas que dan sentido a todo, tecnologías incluidas. No creo en redes tecnológicas no sostenidas por redes humanas entretejidas como aquella trama que quería una compañera de ustedes: cada hebra un ser bien parado sobre la vida y la totalidad del tejido como una red de seres humanos. "

Me emocionó, me hizo sentir bien, me felicité y me puse un muy bien diez por haber elegido esta carrera de educar. Sí, soy una hebra de la red: sostengo a otros, otros me sostienen.
Tengo una deuda insalvable con toda la Historia que me trajo hasta aquí. Y a mi me gusta saldar mis deudas.
Así es que me enrolo en esas filas. Si un día, dentro de poco o mucho, me piden las credenciales diré que soy prietocastillista...de la primera hora!

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