¿Quién de nosotros, adultos alfabetizados, no ha calculado en su tierna infancia la edad que tendría en el año 2000?
Los vaticinios optimistas decían que ibamos a movernos en silenciosos autos voladores, o que la comida en micropíldoras a todo sabor harían crecer telarañas en las cocinas.
Los autores de comics negros dibujaban un porvenir de peligrosos mutantes degradados a subhumanos por efecto de la contaminación ambiental.
Pero en ambos extremos, la tecnología aparecía omnipresente, indiscutible, metida por abajo de la piel, controlando, haciéndose cargo...
El caso es que llegó el 2000 y en los barrios de la India se seguían muriendo de lepra, y los talibanes enfundaban a sus mujeres en burkas asfixiantes y en La Caba, acá a metros de los lujosos edificios de Buenos Aires, los pendejos se reventaban los pulmones aspirando pegamento y tenían escuelas sin vidrios donde los maestros sin promesas de futuro escribían en pizarrones sin pintura las letras de tizas berretas que garrapateaban días sin esperanzas de robots, ni de autos voladores, ni de computadoras para todos.
La revolución de las máquinas no llegó para el 2000, Odisea del Espacio no sucedió en 2001, y el capicúa 2002 tampoco trajo las maravillas prometidas.
A estas alturas, mediando el 2007, el mundo está muy lejos, muy, muy lejos de los prodigios tecnológicos que harían más agradable y fácil nuestra vida. Para algunos, una minoría flagrante, el confort es un caldo continuo en el que se mueven con cautela. Ambientes climatizados, vehículos con GPS, zapatillas con aireación, medicina de alta complejidad, saturación de información bombardeando los cinco sentidos todo el tiempo. Si hay humanos que nunca viajaron en avión, o no conocen Internet, esta casta de freaks sobrealimentados no se entera.
Los oscuros niños del hambre son apenas noticias: tapas de la National Geographic , fotos que podrían ganar un Pullitzer.
Como quiera que sea, el hombre se ha extendido sobre la superficie del maltratado planeta, ha construido redes y tabiques, ha minado la armonía hombre/mundo que la naturaleza parecía poder mantener mediante estratégicos golpes de timón.
Cuando el etólogo Richard Dawkins publicó en 1976 su teoría de que los genes son las verdaderas «unidades» centrales de la evolución, en vez de los individuos, puso descarnadamente al desnudo la naturaleza ciega y automática del desarrollo humano: somos como cucarachas, en el fondo: nos replicamos porque los genes persiguen desesperadamente esa meta sin un porqué (¿o con él?)
Somos algo así como los portadores de un mensaje que no entendemos, y que sigue una única regla: la perpetuación. ¿A qué precio? Al que sea.
Nuestros cuerpos, nuestros ciclos, nuestros órganos y tejidos, nuestras diferencias de piel, de vello corporal, de estatura... no le importan demasiado a los genes. La diferencia la hemos establecido en base a otros parámetros que incluyen la arquitectura sobre el medio ambiente, sobre nuestro propio modelo autoportante de homo sapiens: mediante el desarrollo de la cultura, para decirlo en términos amplios.
Ahí es donde "el envase de los genes" empieza a irse de pista, creo yo.
Construimos templos gigantescos sacrificando para ellos las vidas de cientos de seres humanos (tanto en la construcción misma, como en nombre de la ideología que lo erige como válido). Pero no hemos podido resolver, como especie, el problema de cuidar bien de nuestras infancias . De todas.
Hemos taladrado las fosas mas profundas de las cuevas subterráneas y alcanzado alturas siderales inimaginables. Pero no hemos sido capaces, como especie, de evitar las guerras masivas, ni las domésticas, ni la violencia injustificada, ni el horroroso deleite de la tortura.
Fue el matemático Von Neumann uno de los primeros en apuntar que una máquina creada por el hombre para procesar datos y producir resultados, bien podría adiestrarse para producir copias de sí mismas.
Una máquina que después de cierto entrenamiento y siguiendo determinadas pautas, se copia a sí misma, y sigue haciendo su trabajo. Esparce el "gen" -si se me permite- de la autorreplicación.Los vaticinios optimistas decían que ibamos a movernos en silenciosos autos voladores, o que la comida en micropíldoras a todo sabor harían crecer telarañas en las cocinas.
Los autores de comics negros dibujaban un porvenir de peligrosos mutantes degradados a subhumanos por efecto de la contaminación ambiental.
Pero en ambos extremos, la tecnología aparecía omnipresente, indiscutible, metida por abajo de la piel, controlando, haciéndose cargo...
El caso es que llegó el 2000 y en los barrios de la India se seguían muriendo de lepra, y los talibanes enfundaban a sus mujeres en burkas asfixiantes y en La Caba, acá a metros de los lujosos edificios de Buenos Aires, los pendejos se reventaban los pulmones aspirando pegamento y tenían escuelas sin vidrios donde los maestros sin promesas de futuro escribían en pizarrones sin pintura las letras de tizas berretas que garrapateaban días sin esperanzas de robots, ni de autos voladores, ni de computadoras para todos.
La revolución de las máquinas no llegó para el 2000, Odisea del Espacio no sucedió en 2001, y el capicúa 2002 tampoco trajo las maravillas prometidas.
A estas alturas, mediando el 2007, el mundo está muy lejos, muy, muy lejos de los prodigios tecnológicos que harían más agradable y fácil nuestra vida. Para algunos, una minoría flagrante, el confort es un caldo continuo en el que se mueven con cautela. Ambientes climatizados, vehículos con GPS, zapatillas con aireación, medicina de alta complejidad, saturación de información bombardeando los cinco sentidos todo el tiempo. Si hay humanos que nunca viajaron en avión, o no conocen Internet, esta casta de freaks sobrealimentados no se entera.
Los oscuros niños del hambre son apenas noticias: tapas de la National Geographic , fotos que podrían ganar un Pullitzer.
Como quiera que sea, el hombre se ha extendido sobre la superficie del maltratado planeta, ha construido redes y tabiques, ha minado la armonía hombre/mundo que la naturaleza parecía poder mantener mediante estratégicos golpes de timón.
Cuando el etólogo Richard Dawkins publicó en 1976 su teoría de que los genes son las verdaderas «unidades» centrales de la evolución, en vez de los individuos, puso descarnadamente al desnudo la naturaleza ciega y automática del desarrollo humano: somos como cucarachas, en el fondo: nos replicamos porque los genes persiguen desesperadamente esa meta sin un porqué (¿o con él?)
Somos algo así como los portadores de un mensaje que no entendemos, y que sigue una única regla: la perpetuación. ¿A qué precio? Al que sea.
Nuestros cuerpos, nuestros ciclos, nuestros órganos y tejidos, nuestras diferencias de piel, de vello corporal, de estatura... no le importan demasiado a los genes. La diferencia la hemos establecido en base a otros parámetros que incluyen la arquitectura sobre el medio ambiente, sobre nuestro propio modelo autoportante de homo sapiens: mediante el desarrollo de la cultura, para decirlo en términos amplios.
Ahí es donde "el envase de los genes" empieza a irse de pista, creo yo.
Construimos templos gigantescos sacrificando para ellos las vidas de cientos de seres humanos (tanto en la construcción misma, como en nombre de la ideología que lo erige como válido). Pero no hemos podido resolver, como especie, el problema de cuidar bien de nuestras infancias . De todas.
Hemos taladrado las fosas mas profundas de las cuevas subterráneas y alcanzado alturas siderales inimaginables. Pero no hemos sido capaces, como especie, de evitar las guerras masivas, ni las domésticas, ni la violencia injustificada, ni el horroroso deleite de la tortura.
Fue el matemático Von Neumann uno de los primeros en apuntar que una máquina creada por el hombre para procesar datos y producir resultados, bien podría adiestrarse para producir copias de sí mismas.
No me da el "ancho de banda" de mis zarandeadas neuronas para imaginar cuál es el punto en que la autorreplicación podría detenerse (¿fallas técnicas? ¿fatiga de los materiales?). Tampoco me puedo hacer una idea del modo en que este proceso se retroalimente y "aprende" de sí mismo, de manera que evita los problemas y alienta las ventajas... Ciertamente, existen hoy en día sistemas informáticos que funcionan sobre la base de esa premisa, palabras más, palabras menos..
Dios! Así enunciado se parece tanto a la definición de Evolución... que presa de un pánico de espíritus antiguos, y a sugerencia de mi hija que rezonga "uy..! nos van a dominar! nos van a dominar!"entre sonoras carcajadas ... abandono el tema.
Aqui dejo un video: una pila de cubos "inteligentes" se replica teniendo los materiales a mano. (Pero nada: Lo consideraré evolucion el día que repliquen el alimento para los que se mueren de hambre, el abrigo para los que se mueren de frío, el beso para los que se mueren de desamor...)
8 comentaron esto...:
La lectura de su reflexión me ha despertado, en primera instancia, dos palabras:
la pucha.
Dicho esto, es casi incontenible la tentación de comentarle que me parece que ha abarcado Ud. unas cuantas cosas, unos cuantos temas, por lo que no puedo menos que acordar con varias de ellas y discrepar con otras.
Para empezar, muchos libros "antiguos" predecían nuestra época mucho peor que como es. Recuerde, sin ir mas lejos, varias de las obras de Philip Dick o de Orwell y coincidirá conmigo que, en estos casos, no podemos menos que congratularnos por haber "evolucionado" para otros lados (reconociendo que estos, los lados digo, no son los mejores del caso).
Algunas obras citadas por Ud. no hacen alusión a los todos los aspectos de la sociedad del futuro, como ser "2001". Vemos algunas cosas de gente evidentemente acomodada, pero no hay un paneo por países atrasados, gente pobre, etc. Tal vez Kubrick y Clark no hayan descartado que, pese a la posibilidad de viajes charter a Jupiter, siguieran existiendo injusticias en 2001 (de paso, sabe que el libro se escribió después de la película?).
El estado de avance de la tecnología actual es diferente al imaginado por muchos autores. En algunos casos logramos mas, en otros menos. Es simple: quien imagina un futuro excluye a los otros, infinitos, posibles, por lo que una mera cuestión de probabilidades nos previene de ser exactos en lo que pensamos ocurrirá.
Lo que es seguro, cuando uno imagina el futuro, es que no hay que descartar las cosas malas. Sencillamente, estas existieron desde el comienzo de los tiempos, y dan la sensación de estar impresas fuertemente en nuestro "software".
Lo que nos lleva al segundo punto.
Lo mas parecido a nuestro software es el código genético.
O sea, la cantidad de instrucciones que hacen que nuestro desarrollo sea diferente al de otras especies, y a que nuestras características personales difieran individuo por individuo.
El funcionamiento de nuestro cuerpo, a nivel molecular, es muy, pero muy muy, asemejable a una máquina. Partes de la máquina se autorreplican, y partes generan otras partes.
Asi de sencillo.
Pretender a nivel molecular buscar un sentido es por lo menos aventurado, pero lo que dice Dawkins es correcto: nuestras moléculas autorreplicantes solamente sirven para autorreplicares. Si se fija bien, a cierto nivel de pequeñez, no somos diferentes a ciertos virus elementales. Funcionamos igual, tal vez con alguna diferencia de matices.
El "cómo somos" aparece dentro del conjunto, sin ir mas lejos. Si bien el cuerpo es el vehículo de los genes para reproducirse, los genes generan toda la estructura que es usada como vehículo. Un virus se vale de una estructura (la parasita), pero un conjunto de virus nunca podría conformar a un organismo.
Individualmente, no pueden hacer nada. Nuestros genes tampoco, pero tienen la potencialidad de asociarse en una simbiosis con otras parte de la máquina.
Ahora... la superestructura que vehiculiza a los genes es la responsable de todo lo que Ud. indica como obras, con sus resultados buenos o malos, con sus fines loables o perversos, con sus egoismos o altruismos.
La superestructura tiene conciencia del entorno y de sí misma.
Y no se ha preguntado, Doña Vera, en dónde reside la conciencia?
Es un todo localizado en un punto, es un casi todo localizado en un sector?
Es un conjunto de pequeñas, casi ínfimas conciencias presentes a nivel de las moléculas?
No tengo idea. Supongo que una molécula de ADN no puede tener conciencia, y que una unidad genética del ser humano, tan parecida a la de algunos virus, tampoco.
Creo que la cosa tal vez pase por el conjunto, y por el software.
Bien. Hay otro problema, que es que nuestra formación como conciencias individuales no depende solamente del software de cada uno, sino, ya nacidos, de la interacción con el entorno (cosas o gente).
Pero me estoy yendo para el lado de los tomates, y perdiendo el punto. Antes de abandonar este punto, quiero recordar que algunas obras nefastas de la humanidad, que costaron vidas, fueron hechas dentro de un contexto histórico distinto, muy diferente desde lo cultural que el actual (ay, ay, ay, cómo salgo de esta?).
Dejeme seguir con el tema de la tecnología, que es por donde empezamos.
Me parece que la tecnología ha aportado, a nuestra sociedad, cantidad de beneficios para incrementar nuestro confort. Sería ocioso enumerarlos, y estoy seguro que Ud. coincidiría que casi todos ellos.
Dicen que la tecnología no es buena ni mala, sino que el uso que hacemos de ella marca la diferencia (discrepo, creo que hay tecnologías perversas, pero es otra historia).
A lo que quiero llegar es que somos nosotros los responsables. Nosotros, los vehículos de unos pocos genes, en definitiva, una cantidad de productos químicos que interactúan con un orden definido.
Somos nosotros los que, tanto hoy en 2007 como en el futuro 2020, hacemos la vida de los otros miserable.
Pero no la tecnología. La opresión ha existido desde la época de las cavernas, y discurrido a lo largo de los siglos exactamente igual, independientemente de la evolución de la tecnología del momento.
Somos nosotros los que, en definitiva, marcamos la diferencia, y todo marca que para mal.
Para mal?
Tampoco estoy seguro.
Hay cosas distintas, si las ve en una escala suficientemente grande.
Vera, mi esperanza es que justamente la tecnología, casi sin quererlo, sea la que de una vez por todas ponga orden en este caos en el que se convirtió el mundo. Me ilusiono con que somos mas los que queremos un cambio a favor de la gente, y que sea la tecnología la que nos permita ese objetivo.
Me parece que, gracias a la tecnología, habrá cada vez menos lugares atrás de los que los miserables puedan esconderse.
Fijesé que hoy, lo que pasa en el otro extremo del mundo está al alcance de nuestra vista.
Tal vez en un futuro cercano, la tecnología no solamente sirva para ser testigos, sino para también ser protagonistas. Tal vez en algún momento el mero "saber" que algo malo pasa también incluya algún instrumento para modificarlo si ese hecho es malo para la gente.
Listo, finalmente llegué al campo de tomates.
Somos lo que somos, con celular e Internet o hablando a través de dos latas unidas por un hilito.
Somos buenos o malos, queribles o aborrecibles, por nosotros mismos.
La tecnología no es muy diferente al cuerpo humano: también es un vehículo.
Vio que le decía antes que espero que la tecnología nos permita mejorar?
No es solamente por ella en sí misma.
Tal vez nos permita una manera de estar conectados, mas conectados, aquellos que preferimos la justicia a la injusticia.
No se enoja si corto por un rato?
Flacus, su jugoso comment me remite a tres palabras: que lo parió.
Jaja...No,,,no haré paráfrasis.
Ahora...revisaré lo que dije..porque creo que NUNCA dije que la tecnología era mala por sí misma.
De hecho, no me imagino mi vida sin una serie de recursos tipicamente tecnológicos (no soy una geek, pero la vida en los bosques no es para mí...)
Acerca de los escritores de CF: de acuerdo. Lo que siempre he notado es que cada uno de ellos, al desarrollar un aspecto imaginado, lo exacerba y genera un neomundo donde ESE aspecto es central. Por eso algunas visiones de futuro suenan tan excluyentes (no sé si se entiende)
Flacus: estás diciendo que la superestructura que transporta amablemente los genes es la responsable del devenir de la Historia.
May be.
También hay algo de saltos cualitativos cada tanto.
También algo difuso y que nos excede, como la 4ta, 5ta o 10ma dimension
EL asunto que voy a explorar en mi mente a continucaión (ni bien el libro que estoy leyendo "me suelte" un rato) es eso de EN DONDE reside la consciencia.
Sigan sintonizando este blog.
jejeje
Hola, Vera.
El título del libro de Dawkins ha dado a equívocos célebres. Adjunto uno de los más sonados al final. Resulta que lo que dice el libro es justo al contrario de lo que el título aparentemente sugiere. Nuestros genes serán egoístas pero, en su afán de supervivencia hacen a los individuos generosos. Dawkins razona así: el gen, buscando su supervivencia, (es un decir, pues se trata de un proceso evolutivamente mecánico) empuja al individuo a sacrificar incluso su vida por: la familia, el clan, la especie.
Razonamientos científicos aparte, la importancia del libro de Dawkins consiste en fundamentar científicamente la generosidad esencial del ser humano, en realidad de los individuos de todas las especies. O sea, Rousseau (el hombre es bueno por naturaleza) tenía razón y no Hobbes (el hombre es un lobo para el hombre).
Saludos cordiales,
Joaquín García Weil
P.D. Este no lo borro ;-)
.........................................................................................
Tomado de la bitácora de Arcadi Espada.
inicio cita-------
Correspondencias/Escribe Joaquín Estefanía en su artículo "Siempre
pregunta por qué", sobre el 'caso Enrom', que se publica en El País
de hoy: [...] 2. El darwinismo social que implantan Lay y Skilling en
el seno de la compañía responde a la filosofía de uno de los libros
favoritos del segundo: 'El gen egoísta',del etólogo Richard Darking,
que escribe: "Somos máquinas de supervivencia, estamos programados a
ciegas con el fin de perpetuar la xistencia de los egoístas genes que
albergamos en nuestras células". La avaricia y la competitividad,
por ejemplo, prevalecen en la transmisión genética. Tal vez pase
inadvertido a los lectores, pero: No es Darking, sino Dawkins.Aseverar
que la filosofía del "El gen egoísta" -- un clásico de la ciencia
del siglo XX -- tenga alguna relación con el darwinismo social es un
disparate y es una prueba bastante clara de que el amigo Joaquín no se
ha leído el libro que cita ni sabe de qué va. El "gen egoísta" es
una metáfora reproductiva que no debe confundirse con el "gen del
egoísmo", caso--muy improbable, por cierto--que exista dicho gen."
Fernando Peregrín
Si nos remitimos a la basico, las maquinas funcionan a merced nuestra que no somos ni dioses, ni magos, ni Creadores, simplemente creados. Y el software no es mas que 0's y 1's puesto de tal forma que los podemos entender, me atrevo a decir que es "casi" imposible creer o pensar que el silicio y la electricidad puedan "generar" código por si mismo. Salvo que se contamine con algun elemento externo a nuestro ambiente (algun extraterrestre microscopico) que sea capaz de manipular tensiones para crear nuevas tensiones, o tensiones configuradas de otra forma distinta a la que le dió el que lo creó. Por ejemplo en el caso de la torre que crea otra torre, es perfectamente entendible que si yo no le pongo el cubito al lado no crea nada.
Interesante la cita Joaquin!!!
Yo que soy bastante "atenta" en esto de las palabras mal escritas (a veces son fallidos MUY jugosos) noté enseguida que habían mentado DARKing a DAWkins.
DARK = negro = oscuro = maldad...
Respecto a lo de la mala interpretación del título del libro: creo que así es.
Debería leerlo para opinar con fundamento.
Ya se dará: tengo literatura entre manos por estos días...
Gracias por comentar!
Nico:
ya sé...ya sé...si no ponés el material la torre de cubitos no arma otra torre de cubitos.
Hasta ahi bien.
Pero la idea de Von Neumann aplicada a una maquina que, por ejemplo está programada para extraer minerales y pasado cierto ciclo empieza a usar ESOS minerales para replicarse en otra maquina...? (estoy simplificando, pero la idea es mas o menos esa)
La idea de autorreplicantes que luego de "X" generaciones están haciendo algo "en conjunto" me causa chucos de frio.
No sé tú...
Para estar a la altura no se si me toca hacer un simple comentario o enunciar el principio de una tesis. Creo que me quedaré más cerca de lo primero.
Oí hablar de las sondas Von Neumann como un recurso de la C.F. para la exploración del universo. Sondas autorreplicantes que se extenderían a distancias interestelares. Se dice que el monolito de Kubrich en 2001 Odisea del espacio simulaba una sonda Von Neumann que estaría en un estado latente a la espera que nuestra civilización llegara a una cierta evolución y tecnología.
El problema que yo veo en esto es que lanzando este tipo de sondas al espacio podría dar a un problema parecido al que tuvieron en Australia al soltar unos pocos conejos.
Respecto a lo fallos de los visionarios de la Ciencia Ficción respecto a los avances tecnológicos, creo que se debe más a un problema de cálculo temporal que de otra cosa.
Me refiero que en 500 años es muy probable que hayan naves espaciales volando por las ciudades, el problema del hambre en el mundo se haya superado, o tal vez el mundo se haya exterminado en una guerra nuclear (oí decir que para algunos el hecho que nos planteáramos una posible Cuarta Guerra Mundial significaba una esperanza de optimismo). Y si no son quinientos años entonces tal vez sean mil...
Saludos
Ahhh, se me olvidaba.
Esa tecnología del video aplicada a mis partidas de Tetris me hubiese solucionado muchos problemas en mis años mozos.
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