a los maullidos de reclamo de la gata, que reprocha tardiamente nuestra ausencia
a los libros que esperaban ser leidos
a los sonidos familiares que arrullan nuestro sueño
a los ojos y las voces que extrañamos
al contacto que nos hizo falta
a los sabores de nuestra heladera, nuestra cocina, nuestro pan
Las vacaciones son la medida justa para el deseo de regresar.
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