Cuando yo tenía 13, 14 años se hablaba de "la prueba de amor" o "la pruebita" como el pedido del noviecito adolescente a su chica de tener sexo, en honor al sentimiento que los unía.
Así, si una chica quería conservar su carácter de novia, debía acceder a concederle a su caballero (un verdadero pazguato, si confiaba en esos ardides) un testimonio en vivo y en directo. prueba de amor
"Le pidió la prueba" siginificaba dos cosas contrapuestas y magníficas:
Una: que la chica le interesaba lo suficiente como para acostarse con ella (y no con cualquier otra, y no con una prostituta que lo atendiera como lo que era, un marrano de 16 años que no sabía ni limpiarse los mocos)
Dos: que la chica le interesaba bien poco, y ponía a prueba su suerte de tener sexo con una niñita virgen (la teoría del valor escaso, de Levi-Strauss) porque si la suerte le era esquiva, perfectamente se podría deshacer de ella argumentando "entonces no me querés lo suficiente"

Pues bien. Cambian las costumbres, muta el mundo, giran los valores.
Los jóvenes no se espantan de intercambiar besos en la misma noche con dos o tres personas diferentes.
Es como un juego. Ni siquiera lo llaman "enamorarse". Ni siquiera dicen "somos novios".
Apenas... apenitas califican con un verbo difuso "estuvimos".
En la fiesta de anoche: Ana "estuvo" con Luis. Ana "estuvo" con Julián. Julián también "estuvo" con Clara.Y mañana a lo mejor Luis "va a estar" con Silvia, aunque le avisó por MSN a la prima de Luli que si va a la proxima fiesta, podría "estar" con ella.
No se conflictuan. No se enganchan. Rozan las superficies de los sentimientos. No calan más profundo (más profundo, seguro que duele...)

Sin embargo, si uno comparte tiempo con ellos, nota de inmediato que sus comentarios repetidísimos, clonados hasta la náusea, iterados una y mil veces en un derroche de bits, dicen y claman permanentemente cosas como "te amo" "te quiero demasiado" "sos todo" y otras excentricidades del idioma, que cuando yo tenía -repito- 13 o 14 años sólo se las decían entre sí los novios...!

Entonces rastreo...El tema de la adolescencia me está movilizando mucho...caray! estaré envejeciendo? (Mejor pienso que estoy volviéndome mas sabia...jajaja)
Digo: rastreo y busco dónde y cómo los jóvenes se dan hoy día la prueba de su amor. Aun de ese amor livianito y cero compromiso. Y algo voy descubriendo: se declaran confianza cediéndose no la entrada al interior de sus bocas húmedas ni de sus cuerpos todavía torpes.
Sino al interior de sus seres digitales, de sus espacios semipúblicos, de sus cielos de letras y fotos donde comparten chistes y códigos que los diferencian y los protegen.
La prueba de amor es ceder el password.

Va otro posteo sobre este tema. Me quedo pensando.

6 comentaron esto...:

Una Ardilla dijo...

¡¡¡BUENÍSSSSSIMO!!!

Anónimo dijo...

Yo le dí mis passwords a alguien, y me dejó embarazada la web.

verarex dijo...

Yo tambien le di mis password a alguien.
Nunca los usó.
Incluso, los olvidó.

Hubiera preferido un poco de odio o de saqueo, a esa maldita muestra de desprecio.

La Pontiac dijo...

yo fui a darle un beso a mi primer chico con la boca cerrada y con cara de Hechizada (se acuerdan?...sipi,Samantha Eggar... que vieja de merde me siento).Con la boca cerrada y limpita de Carnaval en Comunicaciones la Pontiac.
Me hizo conocer que la lengua no sólo servía para el cucurucho y que,mi paladar podía servir también para recibir paleteadas de frontón.Me dio un verdadero beso de lengua.
Asombrada que hube le di marcha pero...no fue el quien me pidió la prueba de amor sino...Danilo...un bastardo de 16 que vivía a la vuelta de casa y que no se contentaba con mis fabulosas tetas adolescentes...
A él no se la di...Pontiac y su prima volta fueron a los 19 y con un estudiante de último año de sicología,10 años mayor y con la destreza que hube de encontrar en ésa tarde de Julio y con frío.
Fue una merde igual comparado con las malabarísticas cosas que uno se aplica en hacer en la actuialidad pero...no me dio password...me dio una zamba que,cuando me acuerdo...me tira para atrás volverme a lo dicho despacito en el oído y que,pocas veces scuché.
Pago por escucharlas de nuevo.
Nadie creo,las dice ya.
O sí,y está llegando despacito.
O no vieja,dejáte de joder.
O sí,por qué no decirlas una?

uy,me explayé en mi ardorosa pasión extrema.
Me fui de pista.
Chiau



pd para Ardilla: no fue con Hugo Codega!!!! ajajajajajajajaj ajajaja
perdiste si pensaste que fué el!

Una Ardilla dijo...

Soy una afortunada que dió... ¡dos pruebas de amor! (con uno... y con otra...!!) Pero el password no se lo dí a nadie!!!!!

Jarajajajaijajai

Anónimo dijo...

la ardilla dio DOS pruebas?

y a eso le llama usted ser afortunada?

jijiji

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