Mi alma se horroriza y se sorprende. "No nos une el amor, sino el espanto" decía don Jorge Luis.
Siempre hubo guerras y siempre crueldades en ellas. Siempre hubo abusos y rapiña porque es esa la idea de "hacer la guerra". Siempre hubo ejércitos y grupos enfrentados dañándose mutuamente, con brutalidad o con sofisticación.
Anoche hablamos con mis hijos sobre la guerra. Hubiese deseado no haberles dicho nada.
Hubiese deseado no haber leído las noticias sobre la condena al "Turco Julián". Ignorar el cinismo de las organizaciones que comercian con las reconstrucciones, que negocian sobre números de niños muertos, que calculan "a grosso modo". Total... en el balance del dinero las vidas son ceros más, ceros menos. Me niego, me niego, me niego, ciega y torpemente a creer que no hay otra salida.

Ayer Gaby, una profe que se ríe con los ojos y que sabe que la vida florece en las rendijas más insólitas, me dijo que esto no es humano. Es otra cosa, no lo sé, algo innombrable y oscuro.
Pero la guerra, cualquier guerra, cualquier cosa que se llame guerra...nunca será humana.
Lo escribo en letra chiquita, no se merecen más espacio... no son humanos.

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