Mal Trato

11:23 p. m. | 3 Comments

no lo maltrates mas

Maltrato.
Mal trato: mal negocio, mal acuerdo.
Mal trato: Recibo menos de lo que merezco.
Mal trato: Doy mi parte y rapiñan la parte que me queda.
No hace falta el cachetazo para sentir el dolor.
Algunas palabras arteras pegan más fuerte.
No hace falta que arranquen los cabellos.
Basta con que arranquen del alma unas pocas certezas construidas con sacrificio. Y dejen ahí, sangrantes y abiertas, las heridas de la duda y la humillación.
Maltrata la burla y el grito.
Maltrata el insulto, maltrata el desprecio, maltrata el rechazo abierto y también la indiferencia.
Maltratan las amenazas, aún las más inverosímiles y disparatadas.Pues quien maltrata no sabe cuándo detenerse. La hostilidad se transforma en medio de expresión.
Privar al otro de algo bueno, omitir el cuidado, abandonar... es ejercer maltrato también.
Y es un "mal trato" no querer bien a los que te manifiestan su amor y su capacidad de escucha.
Peor que eso: dejarse amar por alguien y no devolver amor a cambio, es una traición.
Todos tenemos un rey o un mendigo agazapado en el interior.
¿Quién elegiría ser mendigo, pudiendo ser rey?

Hay cosas mas dificiles de sacar que una espada de una piedraNo me pregunten cómo lo sé, porque no puedo revelarlo.

Pero yo sé cómo se comportaba
el Rey Arturo antes, mucho antes de saber que estaba destinado a sacar la espada de la piedra y a convocar a los caballeros que fundarían la famosa orden de la mesa redonda, antes de pasar a la historia como un conquistador de tierras y de corazones.

El Rey Arturo tenía un humor muy variable: se levantaba enfurruñado y protestaba contra el mundo, contra las tostaditas del abuelo, contra el padre que insistía (aliteración mediante) que tenía que estudiar más y divertirse menos. Protestaba, estornudaba y fruncía la nariz.
Al rato se le pasaba, claro, y entonces saludaba con buenos modales y empezaba a contagiar su energía a todos con una sonrisa que se podría calificar -por lo menos- de encantadora.

El joven Rey Arturo sufría mucho por los devaneos del corazón: amaba a las chicas equivocadas y se empecinaba en historias de conquistas verdaderamente difíciles. (Arturo no sabía aún que esos tempranos desengaños lo convertirían en un experto amigo y un confidente perfecto, y que esa iba a ser, a fin de cuentas, una fortaleza en su futuro amoroso) a caballo Arturo

Variaba también, a veces en el curso del mismo día, su confianza en sí mismo. Pasaba de autocalificarse como “el mejor entre los mejores” a “nunca lo voy a conseguir”.
Según mis registros, se dice que hacia los 15 años de edad Arturo empezó a darse cuenta de que era mas lo que SI podía que lo que NO. Que a partir de esa edad desarrolló la famosa entereza del alma que lo llevó a ser verdaderamente grande.
Quizás él mismo no lo haya recordado luego, pues el proceso empezó con pequeños desafíos, como superar a su prima en una competencia en el agua, o tomar decisiones con los adultos que lo rodeaban, algunas veces más maduras que las de aquellos.

En esos lejanos momentos, King Arthur no usaba corona, sino una gorra azul que le había regalado (con bastante esfuerzo) su padre. No entrenaba con caballos acorazados, sino con paletas de paddle. No recitaba poemas épicos, sino la penosa conjugación de los verbos irregulares.

Libraba, eso sí, importantes batallas contra su propio espíritu.
Y las iba ganando. Una por una. Una por una.
Cuando era un chico de 15 años, el Rey Arturo se parecía muchísimo a Nikito.

Aceptación

11:42 a. m. | 3 Comments


Hablando de esperar o no esperar los buenos tratos de los demás...
Hablando de merecer la bondad o la compasión, o merecer el ninguneo y la mala leche...
Hablando -otra vez, qué persistencia tienen ciertos espíritus intranquilos- de los fantasmas del malquerer...Maritxé me dijo en un comment:

Tampoco te olvides de las palabras de Ardilla (uno de los personajes de El caballero de la armadura oxidada) que le enseñó al caballero que uno no tiene que "esperar", sino "aceptar".Así no se llevaría decepciones, todo sería aceptación del mundo que lo rodea y las criaturas que habitan en él.

Y bueno, habrá que probar...
En Catalunya se celebra Sant Jordi.
No el 14 de febrero, claro, sino el 23 de Abril.
Pero así soy: contracorriente.

(Acepto rosas, o libros, o libros sobre rosas o rosas en cuyos pétalos se pueda leer como en los libros)
¿Quién sabe qué tan lejos irán las palabras que decimos? ¿Cuántas horas o días o décadas seguirán haciendo su trabajo?
¿Quién puede menospreciar una herramienta que trabaja por sí sola, suavemente, perseverantemente, incansablemente?
Así como hubo palabras que laceraron mi corazón -y persisten, en la memoria, en ese presente sinfín-he tenido otras que salvaron, una y otra, y otra, y otra vez mi vida.
(porque la vida, bah! la vida! no es un espamentoso sonar de clarines...sino esos minutos que se enlazan uno a otro hasta ser "tu tiempo")

Palabras que alguna vez me salvaron la vida:

Una pregunta, una afirmación contundente, un piropo, un mensajito de alarma, una sola vocal acompañada de una expresión insondable en los ojos, mi nombre pronunciado con una carga de esperanza gigante, una risa inesperada y refrescante, un reconocimiento no demasiado tardío, un pedido que era un ruego y a la vez la respuesta a ese ruego, una conversación que se fue apagando hasta ser sólo un sollozo... Paraules d´amor

La confirmación de un milagro.
La confesión alegre de un pecado, que me liberó para siempre.
Las palabras que bastardearon en nombre del amor, pero que son bienvenidas porque el bálsamo de la ternura no tiene por ahora contrincantes...
Los millones de puntitos suspensivos... se me han pegado como tics, acuden a mis frases escritas con voracidad, han adquirido ya entidad de palabra.

Palabras de esperanza, palabras de futuro, bellas palabras de amor.
Y bueno: encontré (de nuevo) unos poemas de Oliverio Girondo. Hay de todas las clases, y muchos son más lindos y más elaborados que éste. Pero me enamoré de este, no de los otros.
Me imagino, -me parezco a John Lennon- un mundo humano basado en el presupuesto del amor. Loco y errante, curativo, gustoso.
Al que le guste más Girondo, clic por aqui.

Los amantes- de Rodin¡Todo era amor... amor!

No había nada más que amor. En todas partes se encontraba amor. No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla, amor al portador, amor a plazos. Amor analizable, analizado. Amor ultramarino. Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche... lleno de prevenciones, de preventivos; lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con una M mayúscula, chorreado de merengue, cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista. Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos; con sus faltas de puntualidad, de ortografía; con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.

ké ganas de abrazarte...
Amor que incendia el corazón de los orangutanes, de los bomberos. Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas, que arranca los botones de los botines, que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto. Amor, incandescente —y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo. Amor-amor que es, simplemente, amor.

Amor y amor... ¡y nada más que amor!


La turca dice que anda queriendo algo y no sabe qué. Yo aventuro: "será un amor, nena?"
Ella postea a diario, con dedicación y constancia admirables.
Hoy que ando con los angelitos lejanos, entro a su blog y veo que ha escrito sobre el signifiacdo del vocablo NAMASTE.
Namasté!!! Así nos saludamos con Lala3K... con Hari...con Pan...con gente medio loca y llena de energías buenas...
Namasté!!!Me levantó el animo..!

Voy a brindar con mate con mis niños. Con ustedes. Con todos. Namasté.

el mate es mi debilidad
Miedo, maldito miedo…
Miedo a sufrir. A ser despreciados. A que nos digan lo que no queremos saber, porque intuimos que después de las palabras indeseables sobreviene el dolor. tiene miedoooo
Miedo a ir más allá…miedo a permanecer aquí por siempre…
Miedo a las personas que desconocemos. Miedo a las personas en que se ha transformado los que creíamos conocer. Miedo de nuestra propia historia, enésima autobiografía de un fracaso”.

¿Cómo se reemplaza el miedo por un sentimiento menos paralizante?
No pido sentir euforia y despreocupación… pero cómo me desprendo esta sombra que da frío en mi alma…que vuelve estúpidos mis consejos… que se contagia a los que amo a través de una tenue vibración de mi garganta?
Ando buscando una cura contra el miedo.
Hubo un maestro que me enseñó esta frase (creo que ya la repetí aquí mismo…) “El miedo es nuestro peor enemigo”
¡Y por Dios! Que hubo un tiempo en que sostuve casi con dignidad esa lucha. ¡Creí que había ganado para siempre! (es el defecto que tenemos los soñadores, la ingenuidad)
Hoy ando de nuevo por esos caminitos torturados que estimaba haber abandonado de por vida, mirando a los costados, buscando blancas luces encendidas, ejercitando con tozudez las lecciones que consideraba superadas.
Ando tratando de subir la guardia. Yo sé que el miedo crece cuando le prestás atención. Así que hay que estar haciendo cosas, para que no queden muchos resquicios.
Cosas buenas, mejor. Ayudar, contener, comprender, gozar lo simple, lo cotidiano, lo que tenés.
Arboles en verde suave: relax
Miedo, maldito miedo: no te acerques al filo de mi Amor.
Voy a cortarte en veinte pedazos. O en treinta. O en mil. Fuera de aquí.

Me lo repito, como un mantra, como un rap alocado, como una retahíla de brujas:
~ fuera de aquí, fuera de aquí, fuera de aquí…~
"Las ideas poderosas también necesitan amor."
Lo dice Alan Kay en este artículo que por suerte Daniel se tomó la molestia de traducir.
Cómo aprendemos, como nos movemos entre televisiones y máquinas y personas, cómo confrontamos nuestras lábiles teorías acerca del mundo con las verdades que la Ciencia se empeña en enseñarnos con perseverancia de escriba...
Si pasas por este blog, visita la nota de Alan Kay.
Es agradable para mí comprobar que un intelectual reconocido piensa igual que pensé yo (sin publicarlo jamás)

(Perdones, anda mal mi conexión, debo negociar con la tecnología para seguir apareciendo por aquí...)
Después de ganar varios concursos de arquería, el joven y jactancioso campeón retó a un maestro Zen que era reconocido por su destreza como arquero.
El joven demostró una notable técnica cuando le dió al ojo de un lejano toro en el primer intento, y luego partió esa flecha con el segundo tiro.
"Ahí está", le dijo al viejo, "¡a ver si puedes igualar eso!".
Inmutable, el maestro no desenfundó su arco, pero invitó al joven arquero a que lo siguiera hacia la montaña.
Curioso sobre las intenciones del viejo, el campeón lo siguió hacia lo alto de la montaña hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por un frágil y tembloroso tronco.
Parado con calma en el medio del inestable y ciertamente peligroso puente, el viejo eligió como blanco un lejano árbol, desenfundó su arco, y disparó un tiro limpio y directo.
"Ahora es tu turno", dijo mientras se paraba graciosamente en tierra firme.
Contemplando con terror el abismo aparentemente sin fondo, el joven no pudo obligarse a subir al tronco, y menos a hacer el tiro.
"Tienes mucha habilidad con el arco", dijo el maestro, "pero tienes poca habilidad con la mente que te hace errar el tiro".

Les conté ya que quiero aprender a tirar con arco y flecha?
Veleidades que tiene una...

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